Por Mirko Lauer
Hernando de Soto ha visto en los sucesos de Bagua y su secuela una oportunidad para llevar sus ideas al escenario amazónico. Su Instituto Libertad y Democracia, ILD, lanza este viernes El misterio del capital de los indígenas amazónicos, un DVD del cineasta James Becket acerca de las raíces de la pobreza que padecen las comunidades de la selva peruana.
La película es parte de un proyecto del ILD sobre modernización de los pueblos amazónicos, en la línea de algunos de los ejemplos más exitosos entre sus equivalentes en Canadá y los EEUU. Como era de esperar, las virtudes de propiedad y la titulación ocupan un lugar destacado en el diagnóstico, pero la propuesta es más amplia.
La percepción de de Soto es que aquí los nativos se han dejado arrinconar en una suerte de gueto de la etnicidad, lo cual los ha llevado a ser marginados de ventajas que en cambio son naturales para los habitantes del sector moderno peruano. La defensa de la identidad étnica, afirma, no debería ser un freno a la modernidad, o incluso a la prosperidad.
La situación de lo étnico en el país no es única en el continente, pero es sui generis cuando se le compara con algunas otras. Desde los años 30 el mundo quechua-aymará ha sido visto, y ha preferido verse, en política a través del prisma de la clase social. Es recién en estos años que aparece una visión más étnica de su identidad política.
Mientras tanto los pueblos indígenas de Ecuador y Bolivia han participado en (y ganado) elecciones democráticas con candidaturas propias, y muchos de los del hemisferio norte han emprendido el camino comunitario-empresarial. Esto último en áreas más interesantes que los proverbiales casinos de las reservaciones.
De Soto ha detectado que los sectores más dinámicos de la amazonía indígena padecen los efectos sinérgicos de una informalidad radical, que en su caso específico los vuelve ciudadanos de segunda. Pues el Estado acepta sobre el papel la autonomía de muchas de sus instituciones, pero en los hechos no la reconoce.
Si a lo anterior añadimos la dispersión, las grandes distancias, la poca densidad demográfica, o el desconocimiento por parte del resto del país, el camino hacia una vida mejor (que sin duda pasa por más poder y muñeca para negociar ventajosamente con la inversión en la zona) se vuelve terriblemente largo.
Para el ILD propiedad/titulación es el inicio de ese camino. Quizás a algunos les parezca más expeditivo escalar la entrega de los servicios básicos, empezando por una mejor educación. Pero en todos los casos las claves de fondo están en la voluntad política del gobierno y en la amplitud de miras de la propia dirigencia amazónica.
* El autor ha sido asesor ocasional del ILD.
Minutos después, dos periodistas de un canal local de la zona sur fueron tomados como rehenes. Los acalorados vecinos exigían la presencia de las autoridades para que den solución al pedido que desde hace años está en espera: instalación de agua y desagüe.
Ante el desorden, un contingente de la Policía Nacional despejó la autopista con bombas lacrimógenas y detuvieron a ocho personas que fueron trasladadas a la comisaría de Lurín. Los hombres de prensa fueron dejados en libertad luego de dos horas.
MEA CULPA. Luego de las protestas de los pobladores, el ministro de Vivienda, Francis Allison, salió al frente y dijo que las obras de agua potable en la zona de Lomo de Corvina serán inauguradas este año.
Allison reconoció que la ejecución de esos trabajos se retrasó algunas semanas por aspectos técnicos que son responsabilidad del contratista Consorcio Real. Remarcó, optimista, que, una vez concluida la obra, se beneficiará a 50 mil habitantes.
El representante del Ejecutivo lamentó que la población haya bloqueado el tránsito vehicular, y aclaró que su sector siempre ha tenido las puertas abiertas para dialogar.
“(El bloqueo) es una actitud que no podemos apoyar. Ellos saben que hay una obra por un monto de 58 millones de soles que se ejecuta en la puerta de sus casas”, aseveró el funcionario.
Sin embargo, en otro momento, refirió que en ciertos sectores vulnerables de Lomo de Corvina no se podrá instalar el servicio de agua potable por la inestabilidad del suelo, según recomendación del Instituto Nacional de Defensa Civil.
Instalar tubos, muros de contención y viviendas en esa “duna gigante” sería perjudicial para la seguridad de la población. ¿Por qué no se les dijo antes que ello era imposible?
ASÍ VIVEN. El terreno está cercado de viejas esteras que se sostienen por cuatro palos tambaleantes. En el interior, cuatro carpas dividen las ruinas: la cocina muestra algunos platos sucios y ollas renegridas sobre maderas ardiendo. Al fondo, un espacio con tinas de agua sucia es el baño.
No hay agua y, tampoco, desagüe. Lo que queda de la precaria vivienda es sala y dormitorio. Por momentos parece que el fuerte viento quisiera llevarse la humilde casa de Marco Oncoy Aguilar (38), uno de los más de seis mil pobladores de Lomo de Corvina que ayer bloquearon la carretera Panamericana Sur.
Oncoy añora las épocas en las que tenía su taller de calzado en otra zona de Villa El Salvador. Su única fuente de trabajo se convirtió en cenizas tras un voraz incendio que lo dejó en la calle.
LAS PROMESAS. Al lado de su esposa y de sus dos pequeños hijos, Marco fue reubicado por el municipio distrital en la tercera zona de Lomo de Corvina. En las elecciones pasadas escuchó promesas. Instalarían luz, agua, desagüe y les darían títulos de propiedad a todos. A pesar de los compromisos oficiales, la arena, la desolación y el hedor conviven con estas familias. Los pobladores pasan cada día más indignados.
Los 10 sectores del asentamiento humano Lomo de Corvina se encuentran en uno de los cerros más alejados de Villa El Salvador.
Las autoridades del Ministerio de Vivienda y Sedapal se comprometieron a instalar una Red Principal de Desagüe, pero, hasta la fecha, los trabajos están a medias. Según explican los vecinos, aún no concluyen el segundo tramo de las obras debido a que, ahora, las labores están a cargo del programa Agua para Todos.
“Desde que ese programa tiene a su cargo los trabajos, han agregado a 32 asentamientos humanos para la instalación de los servicios básicos. Por eso han paralizado todo”, denunciaron los residentes, quienes ayer optaron por una medida radical y cuestionable: interrumpir la vía pública.
MÁS PROTESTAS. Pese a la dura acción policial de la víspera, los residentes no dan marcha atrás. Anunciaron que hoy continuarán con las protestas. Han programado llevar a cabo una manifestación en las instalaciones de La Atarjea, en Ate, y frente al Ministerio de Vivienda y Construcción, en San Isidro.
