
La buena noticia. Se han acopiado más de 273 millones de metros cúbicos del vital recurso. Planta La Atarjea procesa millón y medio de metros cúbicos de manera continua y las 19 lagunas que están en las alturas se siguen llenando.
Luis Velásquez C.
Los estanques reguladores están a su máxima capacidad. Un millón y medio de metros cúbicos de agua entrando y saliendo de la planta La Atarjea son la mejor garantía de que este será un verano sin cortes ni restricciones en el suministro del elemental recurso.
Y aunque los limeños se hallan alarmados por los 30ºC estimados por el Senamhi para febrero, tendrán el agua al alcance de sus manos, y esa es una buena noticia. Los 273 millones de metros cúbicos almacenados desde fines del 2008 e inicios del 2009 lo garantizan.
Y si los gigantescos reservorios de La Atarjea y las lagunas que Sedapal tiene en las alturas de Lima y Junín no fueran suficientes para ello, queda la tranquilidad de saber que las lluvias en las zonas altas recién empiezan y todo indica que el siguiente será un año típico de buenas lluvias en la sierra central, lo que significa que el suministro de agua en el verano, al menos en Lima, está garantizado.
Claro, esto no significa que habrá agua en exceso y podremos desperdiciarla jugando carnavales, dejando caños abiertos o regando jardines, advierte la ingeniera Yolanda Andía Cárdenas, responsable del equipo de producción de la empresa Sedapal.
Además, el agua que no usemos servirá para asegurar el servicio al millón 200 mil domicilios con conexiones formales en Lima, en el 2010. Esto gracias a que las 19 lagunas que tiene Sedapal seguirán captando el recurso hasta llegar a sus topes: 200 millones de metros cúbicos en total.
De este modo los limeños podrán tener agua en el 2010, durante los meses en que no hay lluvias, es decir, desde mayo hasta noviembre aproximadamente.
Ahora bien, el suministro de agua en Lima no solo está garantizado solo por los estanques reguladores de La Atarjea y las lagunas de las alturas, sino también por los pozos que Sedapal tiene en distintos lugares de Lima y la Planta de Tratamiento del Chillón, precisa Yolanda Andía, quien recuerda que “lo recomendable es usar el agua de superficie”.
Planta La Atarjea
Pero aun cuando hay otros puntos de captación de agua, es La Atarjea el corazón y el cerebro de este sistema. Allí se acopia temporalmente parte del agua que discurre por el río Rímac (más de millón y medio de m³ de manera continua). Allí también se trata y purifica este gigantesco volumen (21m³/s) hasta hacerlo apto para el consumo humano.
Una vez listo, el recurso es enviado a los miles de hogares que requieren el suministro. Así es todos los días del año, durante las 24 horas, relata la profesional, mientras señala las gigantescas compuertas colocadas a lo ancho del río Rímac, las cuales se abren y cierran de manera alternada para alimentar los gigantescos tanques reguladores en los que se deposita el agua que luego de un proceso físico y químico reciben los millones de limeños cada día.