Próximo escenario. Sus miembros serán llamados para integrar listas congresales de los partidos. No debe sorprender que integrantes de una misma agrupación regional compitan en dos listas distintas para llegar al Congreso, dijo analista.
Elízabeth Prado.
El progresivo triunfo de los movimientos regionales sobre los partidos tradicionales en los últimos cuatro años, y el pragmatismo con que estas agrupaciones se conducen, ocasionará cambios en el ambiente electoral de abril próximo, especialmente en las negociaciones políticas con los partidos para integrar las listas congresales.
No sería raro que militantes de una misma agrupación regional aparezcan compitiendo en distintas listas partidarias para llegar al Congreso de la República.
“La mayoría de estos movimientos regionales es pragmática y política antes que programática y emprendedora, y ese pragmatismo se expresará en las negociaciones con los partidos nacionales”, consideró el analista Eduardo Ballón, del Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (Desco).
Los partidos, dijo, buscarán personas concretas en la mayoría de los casos, antes que a movimientos como tales; esto porque un buen sector de esta nueva élite política proviene de partidos y conoce muy bien el ambiente electoral.
Es claro que los integrantes de las agrupaciones que ganaron los últimos comicios estarán en mejores condiciones de negociar con los partidos políticos, aunque los perdedores que lograron considerable votación también tendrán buenos argumentos para iniciar un trato político.
Los que no negociarían
De la veintena de movimientos regionales triunfadores, un buen grupo no estaría dispuesto a aliarse con algún partido nacional debido a la falta de credibilidad que estos le inspiran, la misma que fue motivo principal de su creación. Aunque es evidente que se enfrentarán a la disyuntiva de necesitarlos para llegar al palacio legislativo.
Agrupaciones como Nueva Amazonía, Alianza por Arequipa, Fuerza Social Regional, Movimiento de Afirmación Social, Ayni, Unidos Construyendo, entre otras más, mantendrían distancia de movimientos como el fujimorismo.
Ellas no escapan del pragmatismo señalado, pero son programáticas y mantienen firme presencia y continuidad en sus regiones.
Movilidad política
Una muestra del pragmatismo de las agrupaciones regionales se manifiesta también en el historial partidario que presentan sus miembros.
Muchos son ex integrantes del Apra, de Cambio 90, de Unidad Nacional, del Partido Comunista Peruano, de Perú Posible, Izquierda Unida, del Partido Popular Cristiano, y del Partido Nacionalista Peruano.
Entre los candidatos a consejero regional que presentó el Movimiento Regional Cuenta Conmigo, de Áncash, el 3 de octubre, está un ex responsable provincial del Partido Comunista Peruano en la provincia de Santa, al igual que un ex regidor del Apra, en Casma, y un ex secretario provincial del Apra, en Pallasca. Asimismo, hay un ex regidor por Vamos Vecino, en Yungay, y también un ex alcalde que fue de Izquierda Unida y luego de Vamos Vecino en Mariscal Luzuriaga.
La movilidad política no solo se dio de partido político a movimiento regional, sino de agrupaciones regionales entre sí.
Esta última situación se aprecia en casi todos los movimientos, siendo más notorio en Integración por Ti, de Moquegua, e Integrando Ucayali, de la región Ucayali.
Al respecto, Eduardo Ballón opinó que estas nuevas élites políticas en las provincias no son necesariamente mejores o peores que los partidos nacionales.
“Son más pragmáticas antes que programáticas, hecho que se expresará en las negociaciones políticas para las elecciones de abril próximo”, anotó.
En cuanto a una posible repetición del contundente triunfo de los movimientos regionales en las próximas elecciones, Ballón señaló que este hecho no tiene una relación mecánica con lo que ocurrirá en abril del 2011.
“No significa que se producirá lo mismo en abril, sin embargo, habrá un cambio de temperatura electoral y una negociación distinta a la que hemos conocido hasta ahora”, afirmó el investigador social de Desco.
Atkins, el más votado
Unidos Construyendo. Este frente regional, con Javier Atkins a la cabeza, ganó la presidencia de la región Piura en primera vuelta y con más del 50% de los votos, sorprendiendo al propio candidato. Es el más votado del país. Venció después de construir una
alianza electoral con distintos sectores de izquierda, con quienes elaboró una propuesta regional de desarrollo que satisfizo a los piuranos. Javier Atkins está ligado laboralmente al sistema financiero.
Partidos sin vida regular en el interior del país
1] “Los grupos regionales ganaron porque se han consolidado en sus territorios y también porque los partidos no tienen vida regular, tampoco una institucionalidad en el interior del país, a excepción relativa del Apra”, opinó Eduardo Ballón.
2] Los movimientos regionales que han logrado mayor consolidación son Nueva Amazonía, en San Martín; Fuerza Loretana, en Loreto; Tradición y Futuro, en Arequipa; y Concertación para el Desarrollo Regional, en Lima. También están Ayni, en Huancavelica; Hechos y no Palabras, en Huánuco; Fuerza Social Regional, en Cajamarca; y otros más que no ganaron, pero quedaron segundos en la última contienda electoral.
sábado, 30 de octubre de 2010
jueves, 28 de octubre de 2010
Los desafíos de la nueva alcaldesa de Lima
EDITORIAL
EL COMERCIO
Jueves 28 de Octubre del 2010
A unque siguen pendientes los resultados definitivos por parte de la ONPE y el JNE, el hidalgo reconocimiento de su derrota por parte de Lourdes Flores cierra en la práctica un proceso electoral complejo, atípico y altamente competitivo por la Alcaldía Metropolitana de Lima.
Finalmente, surge como ganador el conglomerado de Fuerza Social, con su candidata Susana Villarán a la cabeza, quien debe afrontar el grave desafío de cumplir su ambicioso plan para hacer de Lima una ciudad segura, limpia, ordenada y menos contaminada.
Y, si por un lado debe saludarse el democrático gesto de Flores, como representante de un pensamiento político socialcristiano de amplia raigambre, que aún puede aportar mucho a nuestro país, del otro lado es criticable el retraso y la descoordinación de los organismos electorales, incluso para cumplir sus propias normas. Por respeto al sistema democrático y a la voluntad popular, es momento de hacer una severa evaluación de sus procedimientos, para evitar que se repitan fiascos como estos en las inminentes elecciones generales de abril. Y, aunque no se aplique en estos comicios, tiene que darse la debida prioridad y empuje al sistema de voto electrónico, tomando todas las previsiones para garantizar tanto celeridad como imparcialidad y confiabilidad.
En cuanto a la nueva alcaldesa, debe reconocerse su compromiso con la democracia, primero enfrentando a la dictadura fujimontesinista y luego en el Ministerio de la Mujer. Ahora, tras la larga y exitosa gestión de Luis Castañeda Lossio, que dio un gran impulso a la modernización de la infraestructura y la inclusión de los cinturones populosos, el primer desafío de Villarán será dar continuidad a este proceso y concluir la profusa obra ya iniciada.
Sobre el transporte público, el proyecto del corredor segregado, o Metropolitano, debe merecer atención prioritaria para vincularlo con la urgente reasignación de rutas y la reingeniería del servicio de taxis, que fue uno de los temas de campaña. De lo que nadie duda es de la necesidad de poner fin al caos de las combis y los taxistas informales, que generan un denso, contaminante e inseguro desorden.
La recuperación del Cercado y la planificación urbana integral son asuntos igualmente cruciales, a partir de la visión de una ciudad ordenada, con áreas verdes y crecimiento urbano predictible, en lo que la Costa Verde cobra especial importancia. Similar prioridad debe darse al tema de la educación, para mantener estándares de calidad y no retroceder en lo avanzado por el actual gobierno.
Luego, ante el gravísimo problema de la indefensión y criminalidad urbana, la nueva alcaldesa ha prometido ponerse al frente del Consejo de Seguridad Ciudadana y convocar a las autoridades policiales, judiciales y fiscales para definir un plan de urgencia. Saludamos la buena disposición, pero habrá que evaluar también el marco legal actual, para posibilitar resultados, en lo que será fundamental la coordinación entre los disímiles cuerpos de serenazgo con los de la Policía Nacional, pieza clave que depende del Ministerio del Interior y del Poder Ejecutivo.
De lo que se trata, finalmente, es de anteponer los intereses de la ciudad a cualquier otra motivación adjetiva. Tal es la tónica que debe caracterizar esta nueva gestión, cuyos frutos se verán en los próximos cuatro años, que debe hacer del diálogo, la transparencia y la participación vecinal sus herramientas principales.
Hay que tender puentes. Se espera mucho de la capacidad de liderazgo y convocatoria de Villarán, a la hora de armar un plan objetivo de desarrollo de Lima, para lo cual requiere del concurso técnico, y no ideologizado, de su variopinto grupo de regidores, y también de los de la oposición, principalmente del PPC, entre lo cuales destacan profesionales de gran valía.
EL COMERCIO
Jueves 28 de Octubre del 2010
A unque siguen pendientes los resultados definitivos por parte de la ONPE y el JNE, el hidalgo reconocimiento de su derrota por parte de Lourdes Flores cierra en la práctica un proceso electoral complejo, atípico y altamente competitivo por la Alcaldía Metropolitana de Lima.
Finalmente, surge como ganador el conglomerado de Fuerza Social, con su candidata Susana Villarán a la cabeza, quien debe afrontar el grave desafío de cumplir su ambicioso plan para hacer de Lima una ciudad segura, limpia, ordenada y menos contaminada.
Y, si por un lado debe saludarse el democrático gesto de Flores, como representante de un pensamiento político socialcristiano de amplia raigambre, que aún puede aportar mucho a nuestro país, del otro lado es criticable el retraso y la descoordinación de los organismos electorales, incluso para cumplir sus propias normas. Por respeto al sistema democrático y a la voluntad popular, es momento de hacer una severa evaluación de sus procedimientos, para evitar que se repitan fiascos como estos en las inminentes elecciones generales de abril. Y, aunque no se aplique en estos comicios, tiene que darse la debida prioridad y empuje al sistema de voto electrónico, tomando todas las previsiones para garantizar tanto celeridad como imparcialidad y confiabilidad.
En cuanto a la nueva alcaldesa, debe reconocerse su compromiso con la democracia, primero enfrentando a la dictadura fujimontesinista y luego en el Ministerio de la Mujer. Ahora, tras la larga y exitosa gestión de Luis Castañeda Lossio, que dio un gran impulso a la modernización de la infraestructura y la inclusión de los cinturones populosos, el primer desafío de Villarán será dar continuidad a este proceso y concluir la profusa obra ya iniciada.
Sobre el transporte público, el proyecto del corredor segregado, o Metropolitano, debe merecer atención prioritaria para vincularlo con la urgente reasignación de rutas y la reingeniería del servicio de taxis, que fue uno de los temas de campaña. De lo que nadie duda es de la necesidad de poner fin al caos de las combis y los taxistas informales, que generan un denso, contaminante e inseguro desorden.
La recuperación del Cercado y la planificación urbana integral son asuntos igualmente cruciales, a partir de la visión de una ciudad ordenada, con áreas verdes y crecimiento urbano predictible, en lo que la Costa Verde cobra especial importancia. Similar prioridad debe darse al tema de la educación, para mantener estándares de calidad y no retroceder en lo avanzado por el actual gobierno.
Luego, ante el gravísimo problema de la indefensión y criminalidad urbana, la nueva alcaldesa ha prometido ponerse al frente del Consejo de Seguridad Ciudadana y convocar a las autoridades policiales, judiciales y fiscales para definir un plan de urgencia. Saludamos la buena disposición, pero habrá que evaluar también el marco legal actual, para posibilitar resultados, en lo que será fundamental la coordinación entre los disímiles cuerpos de serenazgo con los de la Policía Nacional, pieza clave que depende del Ministerio del Interior y del Poder Ejecutivo.
De lo que se trata, finalmente, es de anteponer los intereses de la ciudad a cualquier otra motivación adjetiva. Tal es la tónica que debe caracterizar esta nueva gestión, cuyos frutos se verán en los próximos cuatro años, que debe hacer del diálogo, la transparencia y la participación vecinal sus herramientas principales.
Hay que tender puentes. Se espera mucho de la capacidad de liderazgo y convocatoria de Villarán, a la hora de armar un plan objetivo de desarrollo de Lima, para lo cual requiere del concurso técnico, y no ideologizado, de su variopinto grupo de regidores, y también de los de la oposición, principalmente del PPC, entre lo cuales destacan profesionales de gran valía.
miércoles, 27 de octubre de 2010
Lima: la diferencia de ingresos es de 14 a 1
Por Humberto Campodónico
Hace dos semanas, Ipsos-Apoyo dio a conocer un estudio que dice: “En Lima el ingreso promedio de un hogar del sector A es de S/. 10,726 mensuales, mientras que en el sector E el ingreso promedio es de S/. 734 mensuales. Por tanto, la diferencia de ingresos entre ambos sectores es de 14 veces” (El Comercio, 14/10/10).
Esta diferencia es impresionante, si tenemos en cuenta que en los países industrializados esta es de 6 a 1 en promedio. Pero, dice la OCDE, también en los países industrializados las diferencias de ingresos entre ricos y pobres han aumentado en los últimos años. Agreguemos que la diferencia reportada por Ipsos-Apoyo se hizo en Lima Metropolitana. Si se midieran los extremos de ingresos promedio entre Lima y los sectores rurales más pobres, la brecha aumentaría notablemente.
El estudio también nos dice que las familias del sector A (siempre en Lima) dedican el 19% de su presupuesto mensual a alimentación. Esta proporción es apenas superior al promedio (ojo, al promedio) de familias en EEUU, que dedican a alimentarse el 16% de sus ingresos. Algo muy distinto sucede con el sector E (de lejos el mayoritario) que tiene que dedicar el 70% de sus ingresos a la alimentación, porcentaje semejante al promedio de los países africanos. De su lado, los sectores B y C gastan el 39% y el 56.8% en alimentos, respectivamente, lo que representa más del 100% y 250% más que el promedio de las familias de EEUU.
Yendo más lejos en el análisis de los ingresos, tenemos que un reciente estudio del INEI nos dice que en los últimos dos años en Lima el ingreso promedio mensual de los trabajadores ha estado prácticamente estancado e incluso ha disminuido 5.5% en el último trimestre móvil julio-setiembre.
Perplejo, Gestión dice: “Expertos señalan que esta situación es propia de economías recesadas, por lo que resulta complicado explicarla. Una hipótesis sería que si bien los ingresos familiares han crecido durante la década, ello parece obedecer más a que uno de sus miembros (antes desempleado) accedió al mercado laboral activo, en tanto que el salario promedio se mantiene estancado o incluso disminuye en algunos rubros” (20/10). Esta apreciación es consistente con las cifras del INEI sobre el PBI por tipo de ingreso, que muestran una participación decreciente de los salarios en % del PBI desde el 2002 hasta la fecha (La boca del cocodrilo sigue abierta, www.cristaldemira.comj, 24/7/10).
Más adelante, Gestión dice que el hecho que “crezca el consumo personal no es indicativo de una mejora de las remuneraciones, pues puede deberse a un endeudamiento fácil, lo que no es saludable para las personas con escasos ingresos”. Cierto. Eso sucedió en EEUU, donde las tarjetas de crédito y los préstamos hipotecarios “basura” (sub-prime) provocaron un aumento ficticio en el consumo, alentando la formación de una burbuja crediticia que al final explotó.
Volviendo al informe de Ipsos-Apoyo, se afirma que el gasto en educación del sector A es 24 veces que el del E (946 soles versus 44), lo que tiene una incidencia directa en la calidad de la misma. Esto tiene que ver con la “transmisión intergeneracional de la pobreza”, definición que alude a que las familias pobres que gastan poco en educación no pueden proveer a sus hijos de una educación mejor, motivo por el cual lo más probable es que sigan siendo pobres. Estos informes nos dicen que, al alargarse las brechas de ingresos, se acentúa la desigualdad, lo que nos lleva a interrogarnos sobre el estilo de crecimiento y, también, sobre el rol de las políticas de Estado para reducirlas. Como dijo hace poco Francis Fukuyama: “En el Perú será difícil lograr un desarrollo sostenible si antes no se reducen las enormes brechas en infraestructura y educación que aún persisten en el país, tan sensible a los vaivenes de la economía mundial por su alta dependencia en la exportación de materias primas”. Así vamos
Hace dos semanas, Ipsos-Apoyo dio a conocer un estudio que dice: “En Lima el ingreso promedio de un hogar del sector A es de S/. 10,726 mensuales, mientras que en el sector E el ingreso promedio es de S/. 734 mensuales. Por tanto, la diferencia de ingresos entre ambos sectores es de 14 veces” (El Comercio, 14/10/10).
Esta diferencia es impresionante, si tenemos en cuenta que en los países industrializados esta es de 6 a 1 en promedio. Pero, dice la OCDE, también en los países industrializados las diferencias de ingresos entre ricos y pobres han aumentado en los últimos años. Agreguemos que la diferencia reportada por Ipsos-Apoyo se hizo en Lima Metropolitana. Si se midieran los extremos de ingresos promedio entre Lima y los sectores rurales más pobres, la brecha aumentaría notablemente.
El estudio también nos dice que las familias del sector A (siempre en Lima) dedican el 19% de su presupuesto mensual a alimentación. Esta proporción es apenas superior al promedio (ojo, al promedio) de familias en EEUU, que dedican a alimentarse el 16% de sus ingresos. Algo muy distinto sucede con el sector E (de lejos el mayoritario) que tiene que dedicar el 70% de sus ingresos a la alimentación, porcentaje semejante al promedio de los países africanos. De su lado, los sectores B y C gastan el 39% y el 56.8% en alimentos, respectivamente, lo que representa más del 100% y 250% más que el promedio de las familias de EEUU.
Yendo más lejos en el análisis de los ingresos, tenemos que un reciente estudio del INEI nos dice que en los últimos dos años en Lima el ingreso promedio mensual de los trabajadores ha estado prácticamente estancado e incluso ha disminuido 5.5% en el último trimestre móvil julio-setiembre.
Perplejo, Gestión dice: “Expertos señalan que esta situación es propia de economías recesadas, por lo que resulta complicado explicarla. Una hipótesis sería que si bien los ingresos familiares han crecido durante la década, ello parece obedecer más a que uno de sus miembros (antes desempleado) accedió al mercado laboral activo, en tanto que el salario promedio se mantiene estancado o incluso disminuye en algunos rubros” (20/10). Esta apreciación es consistente con las cifras del INEI sobre el PBI por tipo de ingreso, que muestran una participación decreciente de los salarios en % del PBI desde el 2002 hasta la fecha (La boca del cocodrilo sigue abierta, www.cristaldemira.comj, 24/7/10).
Más adelante, Gestión dice que el hecho que “crezca el consumo personal no es indicativo de una mejora de las remuneraciones, pues puede deberse a un endeudamiento fácil, lo que no es saludable para las personas con escasos ingresos”. Cierto. Eso sucedió en EEUU, donde las tarjetas de crédito y los préstamos hipotecarios “basura” (sub-prime) provocaron un aumento ficticio en el consumo, alentando la formación de una burbuja crediticia que al final explotó.
Volviendo al informe de Ipsos-Apoyo, se afirma que el gasto en educación del sector A es 24 veces que el del E (946 soles versus 44), lo que tiene una incidencia directa en la calidad de la misma. Esto tiene que ver con la “transmisión intergeneracional de la pobreza”, definición que alude a que las familias pobres que gastan poco en educación no pueden proveer a sus hijos de una educación mejor, motivo por el cual lo más probable es que sigan siendo pobres. Estos informes nos dicen que, al alargarse las brechas de ingresos, se acentúa la desigualdad, lo que nos lleva a interrogarnos sobre el estilo de crecimiento y, también, sobre el rol de las políticas de Estado para reducirlas. Como dijo hace poco Francis Fukuyama: “En el Perú será difícil lograr un desarrollo sostenible si antes no se reducen las enormes brechas en infraestructura y educación que aún persisten en el país, tan sensible a los vaivenes de la economía mundial por su alta dependencia en la exportación de materias primas”. Así vamos
Fiesta infantil
Por Antonio Zapata
Ya pasó la era del outsider, pero hemos entrado a la etapa de la sorpresa. El outsider verdadero fue Alberto Fujimori, quien no había ocupado cargo público alguno y se levantó de la nada para ganar la presidencia en 1990. Pero, en ese entonces, el país vivía una de sus crisis más hondas. Entre el terrorismo y la hiperinflación estábamos quebrados, económica y emocionalmente.
Además, la corrupción hacía lo suyo y el sistema político prácticamente implosionó, produciendo un ganador que nadie conocía.
Hoy en día, el país no vive una crisis. Por el contrario, venimos de un ciclo prolongado de crecimiento y mucha gente trabaja arduamente por prosperar, que no parece una meta tan elusiva como antes. Así, es improbable que la ciudadanía se arriesgue a elegir un verdadero outsider, que equivale a un salto mortal al vacío.
Pero, esto no significa satisfacción con la clase política. Por el contrario, los partidos casi no existen e incluso el Apra está atravesando uno de sus peores momentos. Asimismo, continúa la corrupción y el peruano de a pie percibe que el poder es un asunto de aprovechados.
Por ello los electores escogen candidaturas que no participan del mundo de los poderosos. En este sentido, se prefiere alguien que no parta como favorito. Ese es el factor sorpresa, que se asocia al triunfo de Susana Villarán en Lima. Un candidato con carrera política, pero fuera del círculo de influyentes.
Aplicando ese principio, se refuerza la hipótesis de que en abril pasará a segunda vuelta alguien relativamente nuevo. Ello implica superar al menos a tres de los cuatro favoritos de hoy: Luis Castañeda, Keiko Fujimori, Alejandro Toledo u Ollanta Humala. Si esta posibilidad está abierta, la pregunta es quién podrá ocupar ese puesto. Para saberlo, conviene empezar por el perfil de los ganadores de octubre, para determinar el tipo de candidato exitoso.
Además de estar ausente de los favoritos, importa que tenga fama de honrado y exprese una disposición a sacudirse de la corrupción. Ningún candidato abiertamente facineroso ha ganado en octubre. Ese factor debilita al fujimorismo y aumenta sus dificultades para imponerse en la decisiva segunda vuelta.
Por otro lado, en octubre no han ganado políticos provenientes de los partidos tradicionales, pero tampoco se registra victorias contundentes ni de empresarios ni de figuras de la TV. Asimismo, no ganan vocingleros, la gente no se entusiasma con personalidades agitadas y demandantes, sino con racionamientos dichos con alegría y calidez. A este respecto, algunos líderes de las izquierdas lucen bastante anticuados.
Tampoco se han impuesto claramente candidatos antisistema. Más cerca del triunfo se halla quien ha superado las trabas que impone el modelo. La ciudadanía no aprecia el sistema económico, pero los electores prefieren el éxito esforzado, antes que el reclamo vehemente. Por su parte, los vencedores son figuras democráticas, cuyo perfil aparece horizontal. Estos dos últimos factores conspiran contra las posibilidades de Humala de llegar a segunda vuelta. En alguna medida también debilitan a Keiko.
Si el lector se pregunta qué ha ganado en octubre, encontrará la respuesta al enigma de abril. No se trata de interrogarse por quién ha triunfado. Ello debería ser claro y desde hace un buen rato, salvo por la inverosímil ineficiencia del JNE y de la ONPE.
La pregunta de fondo es: ¿qué tipo de candidatura ideal se ha formado en la mente de los electores?, ¿cuáles son las virtudes que la ciudadanía destaca en los vencedores de octubre? Haga usted un mapa de cualidades y quien calce vencerá en abril. Si ninguno de los cuatro favoritos encaja, no le quepa la menor duda de que –como en toda fiesta infantil que se respete– al final habrá sorpresa.
Ya pasó la era del outsider, pero hemos entrado a la etapa de la sorpresa. El outsider verdadero fue Alberto Fujimori, quien no había ocupado cargo público alguno y se levantó de la nada para ganar la presidencia en 1990. Pero, en ese entonces, el país vivía una de sus crisis más hondas. Entre el terrorismo y la hiperinflación estábamos quebrados, económica y emocionalmente.
Además, la corrupción hacía lo suyo y el sistema político prácticamente implosionó, produciendo un ganador que nadie conocía.
Hoy en día, el país no vive una crisis. Por el contrario, venimos de un ciclo prolongado de crecimiento y mucha gente trabaja arduamente por prosperar, que no parece una meta tan elusiva como antes. Así, es improbable que la ciudadanía se arriesgue a elegir un verdadero outsider, que equivale a un salto mortal al vacío.
Pero, esto no significa satisfacción con la clase política. Por el contrario, los partidos casi no existen e incluso el Apra está atravesando uno de sus peores momentos. Asimismo, continúa la corrupción y el peruano de a pie percibe que el poder es un asunto de aprovechados.
Por ello los electores escogen candidaturas que no participan del mundo de los poderosos. En este sentido, se prefiere alguien que no parta como favorito. Ese es el factor sorpresa, que se asocia al triunfo de Susana Villarán en Lima. Un candidato con carrera política, pero fuera del círculo de influyentes.
Aplicando ese principio, se refuerza la hipótesis de que en abril pasará a segunda vuelta alguien relativamente nuevo. Ello implica superar al menos a tres de los cuatro favoritos de hoy: Luis Castañeda, Keiko Fujimori, Alejandro Toledo u Ollanta Humala. Si esta posibilidad está abierta, la pregunta es quién podrá ocupar ese puesto. Para saberlo, conviene empezar por el perfil de los ganadores de octubre, para determinar el tipo de candidato exitoso.
Además de estar ausente de los favoritos, importa que tenga fama de honrado y exprese una disposición a sacudirse de la corrupción. Ningún candidato abiertamente facineroso ha ganado en octubre. Ese factor debilita al fujimorismo y aumenta sus dificultades para imponerse en la decisiva segunda vuelta.
Por otro lado, en octubre no han ganado políticos provenientes de los partidos tradicionales, pero tampoco se registra victorias contundentes ni de empresarios ni de figuras de la TV. Asimismo, no ganan vocingleros, la gente no se entusiasma con personalidades agitadas y demandantes, sino con racionamientos dichos con alegría y calidez. A este respecto, algunos líderes de las izquierdas lucen bastante anticuados.
Tampoco se han impuesto claramente candidatos antisistema. Más cerca del triunfo se halla quien ha superado las trabas que impone el modelo. La ciudadanía no aprecia el sistema económico, pero los electores prefieren el éxito esforzado, antes que el reclamo vehemente. Por su parte, los vencedores son figuras democráticas, cuyo perfil aparece horizontal. Estos dos últimos factores conspiran contra las posibilidades de Humala de llegar a segunda vuelta. En alguna medida también debilitan a Keiko.
Si el lector se pregunta qué ha ganado en octubre, encontrará la respuesta al enigma de abril. No se trata de interrogarse por quién ha triunfado. Ello debería ser claro y desde hace un buen rato, salvo por la inverosímil ineficiencia del JNE y de la ONPE.
La pregunta de fondo es: ¿qué tipo de candidatura ideal se ha formado en la mente de los electores?, ¿cuáles son las virtudes que la ciudadanía destaca en los vencedores de octubre? Haga usted un mapa de cualidades y quien calce vencerá en abril. Si ninguno de los cuatro favoritos encaja, no le quepa la menor duda de que –como en toda fiesta infantil que se respete– al final habrá sorpresa.
Alas y buen viento
Por Mirko Lauer
Algunos sectores han empezado a pronosticarle desgracia a la gestión de Susana Villarán. La reacción era de esperar, a pesar de que la extrema derecha que más se inflama fue derrotada muy temprano en la jornada, mientras que el PPC, que dio la lucha y participará en el concejo, ha expresado un ánimo colaborativo.
Pero si como reacción era previsible, como cálculo es desencaminado: hay una tradición de izquierdas que administran municipios con buenos resultados, aquí y en otros países. La gestión de Alfonso Barrantes en Lima (1984-1987) es reconocida como positiva, y en el resto del país docenas de alcaldes de izquierda han llevado a buen término sus mandatos.
La tradición es larga. En 1945 el Partido Comunista Italiano ganó el municipio de Boloña, y lo retuvo mediante gestiones ejemplares hasta 1999, cuando el dirigente tendero a independiente Giorgio Guazzaloca, una suerte de César Acuña, derrotó al PCI. Los 54 años de gestión marcaron una pauta e hicieron historia municipal.
Todavía en 1975, en plena guerra fría, la revista Time opinaba que “los comunistas han forjado una sorprendentemente buena foja como administradores concienzudos y honrados”. Algo más cerca de casa, el izquierdista independiente Daniel Estrada fue tres veces elegido alcalde del Cuzco (1983, 1989, 1993) por sus méritos.
Fuerza Social, un partido de izquierda democrática y tecnocrática, no es ni remotamente una organización comunista, como no lo fueron Barrantes ni su eficiente teniente-alcalde Henry Pease. A pesar de la mala sangre de este momento, su visión de lo municipal no parece tan alejada de las exitosas inclinaciones sociales del saliente Luis Castañeda.
Una revisión de la lista de colaboradores de Villarán y de otros cuadros de FS muestra que una porción importante del equipo trae experiencia de trabajo en el Estado. Por obvias razones, no suele ser una experiencia ganada del lado izquierdista del tablero, sino más bien del lado más pragmático y modernizador.
No estamos afirmando que ser de izquierda garantice una buena gestión. Pero en el contexto peruano sí podría acicatear un mayor esfuerzo y propiciar una comprensión más estrecha de las necesidades de las mayorías. Sobre todo en ciudades como Lima, donde el asistencialismo de urgencia siempre está en la parte más alta de la agenda.
Es obvio que la derecha más empresarial y sensata no puede sino mantenerse entre quienes le desean éxito a la gestión de Villarán, pues la marcha de la capital tiene todo que ver con el desarrollo de un clima de seguridad, comodidad y calma sociales, así como con el avance de las inversiones en el país.
Algunos sectores han empezado a pronosticarle desgracia a la gestión de Susana Villarán. La reacción era de esperar, a pesar de que la extrema derecha que más se inflama fue derrotada muy temprano en la jornada, mientras que el PPC, que dio la lucha y participará en el concejo, ha expresado un ánimo colaborativo.
Pero si como reacción era previsible, como cálculo es desencaminado: hay una tradición de izquierdas que administran municipios con buenos resultados, aquí y en otros países. La gestión de Alfonso Barrantes en Lima (1984-1987) es reconocida como positiva, y en el resto del país docenas de alcaldes de izquierda han llevado a buen término sus mandatos.
La tradición es larga. En 1945 el Partido Comunista Italiano ganó el municipio de Boloña, y lo retuvo mediante gestiones ejemplares hasta 1999, cuando el dirigente tendero a independiente Giorgio Guazzaloca, una suerte de César Acuña, derrotó al PCI. Los 54 años de gestión marcaron una pauta e hicieron historia municipal.
Todavía en 1975, en plena guerra fría, la revista Time opinaba que “los comunistas han forjado una sorprendentemente buena foja como administradores concienzudos y honrados”. Algo más cerca de casa, el izquierdista independiente Daniel Estrada fue tres veces elegido alcalde del Cuzco (1983, 1989, 1993) por sus méritos.
Fuerza Social, un partido de izquierda democrática y tecnocrática, no es ni remotamente una organización comunista, como no lo fueron Barrantes ni su eficiente teniente-alcalde Henry Pease. A pesar de la mala sangre de este momento, su visión de lo municipal no parece tan alejada de las exitosas inclinaciones sociales del saliente Luis Castañeda.
Una revisión de la lista de colaboradores de Villarán y de otros cuadros de FS muestra que una porción importante del equipo trae experiencia de trabajo en el Estado. Por obvias razones, no suele ser una experiencia ganada del lado izquierdista del tablero, sino más bien del lado más pragmático y modernizador.
No estamos afirmando que ser de izquierda garantice una buena gestión. Pero en el contexto peruano sí podría acicatear un mayor esfuerzo y propiciar una comprensión más estrecha de las necesidades de las mayorías. Sobre todo en ciudades como Lima, donde el asistencialismo de urgencia siempre está en la parte más alta de la agenda.
Es obvio que la derecha más empresarial y sensata no puede sino mantenerse entre quienes le desean éxito a la gestión de Villarán, pues la marcha de la capital tiene todo que ver con el desarrollo de un clima de seguridad, comodidad y calma sociales, así como con el avance de las inversiones en el país.
¿Quién democratiza a los democratizadores?
EDITORIAL
EL COM
Miércoles 27 de Octubre del 2010
Los dirigentes políticos tienen que asumir el enorme reto de modernizar y devolverle organicidad, prestigio y eficacia a los partidos, que recurrentemente son objeto de escarnio y críticas, a veces con razón.
Efectivamente, hasta ahora ninguno de los principales partidos ha definido qué modalidad usarán para implementar elecciones internas y elegir a sus candidatos, es decir si serán primarias abiertas o cerradas.
Recordar esto es fundamental porque, aunque el plazo para ese requerimiento vence el 20 de diciembre, lo usual es que se deje todo para última hora o, peor aún, que se salten a la garrocha este importante paso, como ha sucedido en las recientes elecciones municipales y regionales, escudados tanto en la profusión de candidaturas cuanto en las ineficiencias y vacíos del sistema electoral.
¿Qué consecuencias tendría ahora la reiteración de este incumplimiento por parte los movimientos políticos? La principal es que se seguiría burlando y debilitando escandalosamente al sistema democrático, que dicen defender. Y es que, ¿cómo podrían fortalecer la democracia institucional quienes no practican la democracia siquiera en su propia casa?
Peor aún, el riesgo concomitante es que se perpetúen las prácticas caudillistas, por las cuales son los mismos y eternos dirigentes los que eligen a dedo a sus candidatos y sucesores, con lo que sofocan todo esfuerzo de renovación y alternancia democrática interna. Esto, a su vez, afecta no solo la convocatoria de nuevos ciudadanos y afiliados, sino también la formación de cuadros técnicos necesarios para que un partido se postule como una alternativa de gobierno.
No todo queda allí: es a partir de este desencanto con los partidos que se crea el nefasto caldo de cultivo del cual se aprovechan ladinamente los advenedizos de última hora (‘outsiders’) que se presentan con discursos mesiánicos, atacando a los partidos ‘tradicionales’ y prometiendo solucionarlo todo. Sin embargo, como lo ha demostrado la historia reciente, resultan siendo peor que todo lo anterior, pues gobiernan de modo autoritario, arrasan con las pocas instituciones del sistema democrático y terminan embarrados en el lodo de la corrupción y empobreciéndonos todavía más.
¿Qué hacer? Según los especialistas, las normas sobre democracia interna son relativamente recientes, pues datan del 2003. Sin embargo, no se puede seguir siendo tan contemplativos con los incumplimientos, lo que puede devenir en un círculo vicioso que nos condenaría a continuar conviviendo con el caudillismo y la informalidad política.
Las elecciones generales de abril del 2011 constituyen una prueba de fuego. Por su propio bien, y por el interés nacional, los partidos políticos tienen que imponerse plazos y modalidades para hacer de la democracia interna un procedimiento de impecable rutina. En tanto, los organismos del sistema electoral deben, a su vez, prestar todo el apoyo y la asesoría técnica y normativa para obligar a los partidos a hacer elecciones internas y sancionar severamente cualquier incumplimiento.
EL COM
Miércoles 27 de Octubre del 2010
Los dirigentes políticos tienen que asumir el enorme reto de modernizar y devolverle organicidad, prestigio y eficacia a los partidos, que recurrentemente son objeto de escarnio y críticas, a veces con razón.
Efectivamente, hasta ahora ninguno de los principales partidos ha definido qué modalidad usarán para implementar elecciones internas y elegir a sus candidatos, es decir si serán primarias abiertas o cerradas.
Recordar esto es fundamental porque, aunque el plazo para ese requerimiento vence el 20 de diciembre, lo usual es que se deje todo para última hora o, peor aún, que se salten a la garrocha este importante paso, como ha sucedido en las recientes elecciones municipales y regionales, escudados tanto en la profusión de candidaturas cuanto en las ineficiencias y vacíos del sistema electoral.
¿Qué consecuencias tendría ahora la reiteración de este incumplimiento por parte los movimientos políticos? La principal es que se seguiría burlando y debilitando escandalosamente al sistema democrático, que dicen defender. Y es que, ¿cómo podrían fortalecer la democracia institucional quienes no practican la democracia siquiera en su propia casa?
Peor aún, el riesgo concomitante es que se perpetúen las prácticas caudillistas, por las cuales son los mismos y eternos dirigentes los que eligen a dedo a sus candidatos y sucesores, con lo que sofocan todo esfuerzo de renovación y alternancia democrática interna. Esto, a su vez, afecta no solo la convocatoria de nuevos ciudadanos y afiliados, sino también la formación de cuadros técnicos necesarios para que un partido se postule como una alternativa de gobierno.
No todo queda allí: es a partir de este desencanto con los partidos que se crea el nefasto caldo de cultivo del cual se aprovechan ladinamente los advenedizos de última hora (‘outsiders’) que se presentan con discursos mesiánicos, atacando a los partidos ‘tradicionales’ y prometiendo solucionarlo todo. Sin embargo, como lo ha demostrado la historia reciente, resultan siendo peor que todo lo anterior, pues gobiernan de modo autoritario, arrasan con las pocas instituciones del sistema democrático y terminan embarrados en el lodo de la corrupción y empobreciéndonos todavía más.
¿Qué hacer? Según los especialistas, las normas sobre democracia interna son relativamente recientes, pues datan del 2003. Sin embargo, no se puede seguir siendo tan contemplativos con los incumplimientos, lo que puede devenir en un círculo vicioso que nos condenaría a continuar conviviendo con el caudillismo y la informalidad política.
Las elecciones generales de abril del 2011 constituyen una prueba de fuego. Por su propio bien, y por el interés nacional, los partidos políticos tienen que imponerse plazos y modalidades para hacer de la democracia interna un procedimiento de impecable rutina. En tanto, los organismos del sistema electoral deben, a su vez, prestar todo el apoyo y la asesoría técnica y normativa para obligar a los partidos a hacer elecciones internas y sancionar severamente cualquier incumplimiento.
Una coalición por Lima
Autor: Fritz Du Bois
CompartirEnviar
Concluyó en Lima, tras varias semanas de retraso, un proceso electoral que no pudo haber sido peor manejado. Una burocrática resolución del Jurado creando requisitos y procedimientos adicionales, promulgada solo 10 días antes de la votación, generó una avalancha de actas observadas que, en un momento, amenazó con poner en riesgo toda la elección.
Por tanto, urge corregir todas esas deficiencias para evitar que en la elección presidencial se vuelva a trabar el proceso de conteo, lo cual podría degenerar en un caos generalizado.
De otro lado, la campaña que acaba de concluir ha sido bastante inusual, ya que las dos candidatas –para variar– se han presentado al electorado ofreciendo programas completos y detallados para el gobierno municipal. Incluso, ambas también se presentaron con sus equipos de trabajo compuestos, en los dos casos, por una mayoría de jóvenes tecnócratas, a lo cual los pobladores de Lima tampoco estamos acostumbrados.
Parece que, finalmente, más de 20 años de caudillismo municipal, que tanto daño le han causado a la capital, estarían terminando.
Adicionalmente, considerando que la Sra. Villarán tiene problemas para poder seguir de la mano con algunos de sus asociados –Patria Roja, por ejemplo– ya que el contexto ha cambiado desde que fueron invitados, uno vería por primera vez en el horizonte de Lima la posibilidad de que se forme una coalición bastante amplia y general sobre proyectos específicos para la ciudad.
Más aun, existe una serie de coincidencias en los planes de gobierno de ambas fuerzas que podrían llevar a un consenso, por lo menos, para el primer año de trabajo –en seguridad, transporte, educación, Costa Verde– y así poder avanzar. Además, daría la impresión de que los tecnócratas en ambos campos tendrían mayores temas de conversación y más posibilidad de colaborar entre ellos, que los técnicos de Villarán con sus aliados cavernarios, por ejemplo.
De cualquier manera, lo que los ciudadanos debemos exigir es que la flamante alcaldesa cumpla con su promesa de 'sacarse la mugre’ por una Lima cuya calidad de vida se ha deteriorado. El permanente embotellamiento del tránsito y el aumento de la delincuencia han convertido a la capital en una ciudad insoportable para habitar. Solucionar esos problemas es el gran reto de la Sra. Villarán; esperamos que para lograrlo cuente con el apoyo de Lourdes Flores y sus regidores.
CompartirEnviar
Concluyó en Lima, tras varias semanas de retraso, un proceso electoral que no pudo haber sido peor manejado. Una burocrática resolución del Jurado creando requisitos y procedimientos adicionales, promulgada solo 10 días antes de la votación, generó una avalancha de actas observadas que, en un momento, amenazó con poner en riesgo toda la elección.
Por tanto, urge corregir todas esas deficiencias para evitar que en la elección presidencial se vuelva a trabar el proceso de conteo, lo cual podría degenerar en un caos generalizado.
De otro lado, la campaña que acaba de concluir ha sido bastante inusual, ya que las dos candidatas –para variar– se han presentado al electorado ofreciendo programas completos y detallados para el gobierno municipal. Incluso, ambas también se presentaron con sus equipos de trabajo compuestos, en los dos casos, por una mayoría de jóvenes tecnócratas, a lo cual los pobladores de Lima tampoco estamos acostumbrados.
Parece que, finalmente, más de 20 años de caudillismo municipal, que tanto daño le han causado a la capital, estarían terminando.
Adicionalmente, considerando que la Sra. Villarán tiene problemas para poder seguir de la mano con algunos de sus asociados –Patria Roja, por ejemplo– ya que el contexto ha cambiado desde que fueron invitados, uno vería por primera vez en el horizonte de Lima la posibilidad de que se forme una coalición bastante amplia y general sobre proyectos específicos para la ciudad.
Más aun, existe una serie de coincidencias en los planes de gobierno de ambas fuerzas que podrían llevar a un consenso, por lo menos, para el primer año de trabajo –en seguridad, transporte, educación, Costa Verde– y así poder avanzar. Además, daría la impresión de que los tecnócratas en ambos campos tendrían mayores temas de conversación y más posibilidad de colaborar entre ellos, que los técnicos de Villarán con sus aliados cavernarios, por ejemplo.
De cualquier manera, lo que los ciudadanos debemos exigir es que la flamante alcaldesa cumpla con su promesa de 'sacarse la mugre’ por una Lima cuya calidad de vida se ha deteriorado. El permanente embotellamiento del tránsito y el aumento de la delincuencia han convertido a la capital en una ciudad insoportable para habitar. Solucionar esos problemas es el gran reto de la Sra. Villarán; esperamos que para lograrlo cuente con el apoyo de Lourdes Flores y sus regidores.
martes, 26 de octubre de 2010
Las mypes, sin romanticismos ni ideologismos
Por Armando Mendoza
Un tema frecuente en el debate económico de hoy es el referido al peso de las micro y pequeñas empresas (mypes), y las posibilidades que ofrecen para nuestro desarrollo económico y social. Lamentablemente, una mirada objetiva a ese sector muestra que no todo lo que brilla es oro. El discurso sobre los “emprendedores”, y como cada micro y pequeño empresario es un “Bill Gates cholo” en potencia, es simpático, pero –romanticismos aparte– en realidad la enorme mayoría de mypes son simplemente producto de la necesidad de quien no cuenta con empleo decente y tiene urgencia de parar la olla hoy.
Así, muchas mypes son mecanismos de supervivencia mal llevados que, además, enfrentan un entorno hostil de trabas burocráticas, costos elevados, tecnología inadecuada, etc. Por ello, no sorprende que estos emprendimientos tengan una elevada mortalidad: acorde a Copeme, el 70% desaparecen antes de cumplir 3 años de vida.
Asimismo resulta crítica la baja productividad de estas unidades económicas. Una evaluación de la Comisión Economía para América Latina (Cepal) sobre mypes latinoamericanas arroja cifras demoledoras para el Perú: la pequeña empresa nacional tiene una productividad equivalente a apenas el 16% de la que registran las grandes empresas. Para peor, este porcentaje es uno de los más bajos, no solo respecto a países europeos sino también respecto a otros países de la región (véase gráfico).
Aunque la metodología de la Cepal pueda ser discutible, la baja productividad relativa de las mypes frente a la gran empresa es una cuestión crítica, si consideramos que en nuestro país representan al 98% de las empresas existentes y proveen 7 millones de empleos. Así, una mirada realista sobre lo que pueden y no pueden ser las mypes exige reconocer que solo una fracción tiene posibilidades de perdurar y prosperar, y que desarrollar políticas masivas e indiscriminadas de apoyo no es necesariamente la mejor opción, ni social ni económicamente. Pero, de igual manera, resulta inaceptable que en el discurso oficial las mypes figuren, demasiado a menudo, solo para el saludo a la bandera, mientras la atención se concentra en beneficiar a la gran empresa formal.
¿Qué hacer, entonces? No inventar la pólvora, sino aplicar recetas de sentido común, ya discutidas hasta el cansancio: encarar los problemas que aquejan a las mypes en áreas críticas como formalización, capacitación técnica, acceso al crédito, apoyo para búsqueda y entrada a nuevos mercados, etc., con un esfuerzo sostenido del Estado. Asimismo, fundamental es el fortalecimiento de mecanismos de asociatividad y cooperación, que permiten acumular y combinar recursos y elevar la productividad.
Por supuesto, eso choca con los cegatos ideológicos, para quienes cooperativismo es “comunismo”, pues mientras en otros países el fomento de la cooperación entre las mypes es fundamental, aquí sigue mandando el trauma de los 70 y el trillado “¡eso es velasquismo!”. Ello tiene que cambiar, pues un sector que representa la subsistencia de millones de peruanos necesita políticas estatales de evaluación y apoyo por encima de ideologismos y buenos deseos, porque, en el tema de las mypes, hay, emprendedores, mucho, muchísimo que hacer.
Un tema frecuente en el debate económico de hoy es el referido al peso de las micro y pequeñas empresas (mypes), y las posibilidades que ofrecen para nuestro desarrollo económico y social. Lamentablemente, una mirada objetiva a ese sector muestra que no todo lo que brilla es oro. El discurso sobre los “emprendedores”, y como cada micro y pequeño empresario es un “Bill Gates cholo” en potencia, es simpático, pero –romanticismos aparte– en realidad la enorme mayoría de mypes son simplemente producto de la necesidad de quien no cuenta con empleo decente y tiene urgencia de parar la olla hoy.
Así, muchas mypes son mecanismos de supervivencia mal llevados que, además, enfrentan un entorno hostil de trabas burocráticas, costos elevados, tecnología inadecuada, etc. Por ello, no sorprende que estos emprendimientos tengan una elevada mortalidad: acorde a Copeme, el 70% desaparecen antes de cumplir 3 años de vida.
Asimismo resulta crítica la baja productividad de estas unidades económicas. Una evaluación de la Comisión Economía para América Latina (Cepal) sobre mypes latinoamericanas arroja cifras demoledoras para el Perú: la pequeña empresa nacional tiene una productividad equivalente a apenas el 16% de la que registran las grandes empresas. Para peor, este porcentaje es uno de los más bajos, no solo respecto a países europeos sino también respecto a otros países de la región (véase gráfico).
Aunque la metodología de la Cepal pueda ser discutible, la baja productividad relativa de las mypes frente a la gran empresa es una cuestión crítica, si consideramos que en nuestro país representan al 98% de las empresas existentes y proveen 7 millones de empleos. Así, una mirada realista sobre lo que pueden y no pueden ser las mypes exige reconocer que solo una fracción tiene posibilidades de perdurar y prosperar, y que desarrollar políticas masivas e indiscriminadas de apoyo no es necesariamente la mejor opción, ni social ni económicamente. Pero, de igual manera, resulta inaceptable que en el discurso oficial las mypes figuren, demasiado a menudo, solo para el saludo a la bandera, mientras la atención se concentra en beneficiar a la gran empresa formal.
¿Qué hacer, entonces? No inventar la pólvora, sino aplicar recetas de sentido común, ya discutidas hasta el cansancio: encarar los problemas que aquejan a las mypes en áreas críticas como formalización, capacitación técnica, acceso al crédito, apoyo para búsqueda y entrada a nuevos mercados, etc., con un esfuerzo sostenido del Estado. Asimismo, fundamental es el fortalecimiento de mecanismos de asociatividad y cooperación, que permiten acumular y combinar recursos y elevar la productividad.
Por supuesto, eso choca con los cegatos ideológicos, para quienes cooperativismo es “comunismo”, pues mientras en otros países el fomento de la cooperación entre las mypes es fundamental, aquí sigue mandando el trauma de los 70 y el trillado “¡eso es velasquismo!”. Ello tiene que cambiar, pues un sector que representa la subsistencia de millones de peruanos necesita políticas estatales de evaluación y apoyo por encima de ideologismos y buenos deseos, porque, en el tema de las mypes, hay, emprendedores, mucho, muchísimo que hacer.
domingo, 10 de octubre de 2010
Regiones rechazan modelo y giran hacia la izquierda
Análisis. Una mirada al resultado electoral. Partidos triunfan solo en seis regiones, mientras movimientos independientes se imponen en el resto del país.
Rocío Maldonado.
Los resultados de las últimas elecciones regionales confirman la supremacía de los movimientos regionales independientes sobre los partidos tradicionales, pero sobre todo evidencian un cuestionamiento al modelo de desarrollo que aplica el gobierno.
Por lo pronto, de acuerdo a los resultados todavía preliminares de la ONPE, destaca el triunfo en Cajamarca, Junín y Cusco, de posiciones de izquierda que han sido muy firmes en cuestionar la predominancia que tiene la inversión minera en la estrategia de crecimiento y desarrollo del gobierno nacional, destacó Carlos Monge, investigador de Desco.
“Son tres caras de la izquierda. Gregorio Santos, del MNI, en Cajamarca; Vladimir Cerrón, que representa a una izquierda regional en Junín; y Jorge Acurio, del nacionalismo. Son tres posiciones duras y confrontacionales del rol de la minería, gas y petróleo como motor del crecimiento”, señaló.
A ellos se suma –dijo– Clever Meléndez, del movimiento Todos por Pasco, quien disputaría la segunda vuelta electoral con el candidato de Somos Perú.
También está César Villanueva en San Martín, quien ha tenido actitud de denuncia frente al desarrollo de grandes proyectos que iban a tener impactos socioambientales.
Propuestas inclusivas
María Isabel Remy, del Instituto de Estudios Peruanos, mencionó que un análisis de los resultados de los últimos comicios arroja que el electorado prefirió a movimientos progresistas –que incluyen grupos de izquierda o centro izquierda– con una propuesta que no excluye a sectores populares y de campesinos en el crecimiento económico.
“Ya no es el sello de que vengan las inversiones como sea y después ya se verá qué pasa”, señaló.
El presidente de la Confiep, Ricardo Briceño, también reconoció esta semana el triunfo de posiciones “antimineras” en las regiones; de lo cual, consideró, es responsable el empresariado por no haber sabido comunicar los beneficios de la actividad privada.
Sin embargo, Julia Cuadros, de la ONG CooperAcción (dedicada al tema minero), consideró que el análisis de Briceño es muy simple y no contribuye a resolver una realidad concreta, y es que en el país cada día crecen los conflictos socioambientales. De ellos, según la Defensoría del Pueblo, el 70% tiene su origen en la gran minería.
“Decir que han ganado sectores radicales en Cajamarca y Junín –como señaló el ministro de Salud, Óscar Ugarte– es un jalón de orejas. No se trata de un capricho de las regiones, pues la gente optó por movimientos que sienten los van a defender y rechazaron a los grupos por quienes se han sentido maltratados”, expresó.
El escenario para el 2011
Respecto a lo que estas elecciones representan para los partidos políticos de ámbito nacional y que para muchos serían un termómetro para el 2011, Monge señaló que el triunfo de Susana Villarán en Lima y de los movimientos regionales muestran que hay espacio para una candidatura de izquierda. “Lo que está por verse es quién será capaz de ocupar ese espacio, liderar y articular en una sola propuesta nacional todas estas caras de la izquierda”, refirió.
Mencionó que Ollanta Humala podría pretender ser ese gran articulador de la izquierda, pero que no es seguro que las distintas caras de esta se sientan representadas por él.
Sobre el Apra afirmó que sufrió una gran derrota política, pues no logró posicionar un candidato en Lima y solo tiene un triunfo distrital. A nivel de regiones, dijo, le va mal y en el “sólido norte” solamente tiene opción con José Murgia.
“El PPC ha quedado reducido a un partido limeño, mientras que a Acción Popular también le fue mal, pues gana en Tacna, pero prestando el partido “como vientre de alquiler”, indicó. Mencionó que Alianza para el Progreso se consolida en el norte. “Por ahí puede estar emergiendo algo, con fuerte base en el norte e intentos de presencia en otras partes”, finalizó.
Datos
Fujimorismo.- Fuerza 2011 no logra ningún triunfo regional, pero disputaría la segunda vuelta en Ica. Sin embargo, posiciones vinculadas al fujimorismo se posicionan en Huancavelica y Ayacucho.
Onpe. Procesó al 100% las actas de votación: Apurímac, Arequipa, Junín, Madre de Dios, Moquegua, Pasco, Tacna y Tumbes, según último avance de resultados publicados en su portal.
Piura: alianza entre izquierda y empresariado
1] Los resultados de las elecciones regionales muestran el triunfo arrollador en Piura de una alianza inédita entre un candidato del sector empresarial y sectores de izquierda: Javier Atkins, quien obtiene el 46.5% de los votos válidos al 74.2% de actas contabilizadas .
2] María Isabel Remy señala que se trata de un claro ejemplo de alianza entre empresariado regional y organizaciones políticas de centro izquierda o izquierda progresista. “Es decir, empresariado con trabajadores regionales involucrados en una misma reflexión sobre el desarrollo”, subrayó.
3] Carlos Monge calificó como inédita esta alianza, en la cual asume el liderazgo un empresariado liberal que entiende que en democracia también hay un lugar legítimo para la izquierda. ”Me parece una interesante combinación y habrá que mirarla con atención convertida ya en gobierno”, expresó.
4] Los expertos indicaron que no se advierte el triunfo de un candidato de derecha, aunque sí de una posición conservadora como en Moquegua, donde el ganador es cercano al sector minero.
Rocío Maldonado.
Los resultados de las últimas elecciones regionales confirman la supremacía de los movimientos regionales independientes sobre los partidos tradicionales, pero sobre todo evidencian un cuestionamiento al modelo de desarrollo que aplica el gobierno.
Por lo pronto, de acuerdo a los resultados todavía preliminares de la ONPE, destaca el triunfo en Cajamarca, Junín y Cusco, de posiciones de izquierda que han sido muy firmes en cuestionar la predominancia que tiene la inversión minera en la estrategia de crecimiento y desarrollo del gobierno nacional, destacó Carlos Monge, investigador de Desco.
“Son tres caras de la izquierda. Gregorio Santos, del MNI, en Cajamarca; Vladimir Cerrón, que representa a una izquierda regional en Junín; y Jorge Acurio, del nacionalismo. Son tres posiciones duras y confrontacionales del rol de la minería, gas y petróleo como motor del crecimiento”, señaló.
A ellos se suma –dijo– Clever Meléndez, del movimiento Todos por Pasco, quien disputaría la segunda vuelta electoral con el candidato de Somos Perú.
También está César Villanueva en San Martín, quien ha tenido actitud de denuncia frente al desarrollo de grandes proyectos que iban a tener impactos socioambientales.
Propuestas inclusivas
María Isabel Remy, del Instituto de Estudios Peruanos, mencionó que un análisis de los resultados de los últimos comicios arroja que el electorado prefirió a movimientos progresistas –que incluyen grupos de izquierda o centro izquierda– con una propuesta que no excluye a sectores populares y de campesinos en el crecimiento económico.
“Ya no es el sello de que vengan las inversiones como sea y después ya se verá qué pasa”, señaló.
El presidente de la Confiep, Ricardo Briceño, también reconoció esta semana el triunfo de posiciones “antimineras” en las regiones; de lo cual, consideró, es responsable el empresariado por no haber sabido comunicar los beneficios de la actividad privada.
Sin embargo, Julia Cuadros, de la ONG CooperAcción (dedicada al tema minero), consideró que el análisis de Briceño es muy simple y no contribuye a resolver una realidad concreta, y es que en el país cada día crecen los conflictos socioambientales. De ellos, según la Defensoría del Pueblo, el 70% tiene su origen en la gran minería.
“Decir que han ganado sectores radicales en Cajamarca y Junín –como señaló el ministro de Salud, Óscar Ugarte– es un jalón de orejas. No se trata de un capricho de las regiones, pues la gente optó por movimientos que sienten los van a defender y rechazaron a los grupos por quienes se han sentido maltratados”, expresó.
El escenario para el 2011
Respecto a lo que estas elecciones representan para los partidos políticos de ámbito nacional y que para muchos serían un termómetro para el 2011, Monge señaló que el triunfo de Susana Villarán en Lima y de los movimientos regionales muestran que hay espacio para una candidatura de izquierda. “Lo que está por verse es quién será capaz de ocupar ese espacio, liderar y articular en una sola propuesta nacional todas estas caras de la izquierda”, refirió.
Mencionó que Ollanta Humala podría pretender ser ese gran articulador de la izquierda, pero que no es seguro que las distintas caras de esta se sientan representadas por él.
Sobre el Apra afirmó que sufrió una gran derrota política, pues no logró posicionar un candidato en Lima y solo tiene un triunfo distrital. A nivel de regiones, dijo, le va mal y en el “sólido norte” solamente tiene opción con José Murgia.
“El PPC ha quedado reducido a un partido limeño, mientras que a Acción Popular también le fue mal, pues gana en Tacna, pero prestando el partido “como vientre de alquiler”, indicó. Mencionó que Alianza para el Progreso se consolida en el norte. “Por ahí puede estar emergiendo algo, con fuerte base en el norte e intentos de presencia en otras partes”, finalizó.
Datos
Fujimorismo.- Fuerza 2011 no logra ningún triunfo regional, pero disputaría la segunda vuelta en Ica. Sin embargo, posiciones vinculadas al fujimorismo se posicionan en Huancavelica y Ayacucho.
Onpe. Procesó al 100% las actas de votación: Apurímac, Arequipa, Junín, Madre de Dios, Moquegua, Pasco, Tacna y Tumbes, según último avance de resultados publicados en su portal.
Piura: alianza entre izquierda y empresariado
1] Los resultados de las elecciones regionales muestran el triunfo arrollador en Piura de una alianza inédita entre un candidato del sector empresarial y sectores de izquierda: Javier Atkins, quien obtiene el 46.5% de los votos válidos al 74.2% de actas contabilizadas .
2] María Isabel Remy señala que se trata de un claro ejemplo de alianza entre empresariado regional y organizaciones políticas de centro izquierda o izquierda progresista. “Es decir, empresariado con trabajadores regionales involucrados en una misma reflexión sobre el desarrollo”, subrayó.
3] Carlos Monge calificó como inédita esta alianza, en la cual asume el liderazgo un empresariado liberal que entiende que en democracia también hay un lugar legítimo para la izquierda. ”Me parece una interesante combinación y habrá que mirarla con atención convertida ya en gobierno”, expresó.
4] Los expertos indicaron que no se advierte el triunfo de un candidato de derecha, aunque sí de una posición conservadora como en Moquegua, donde el ganador es cercano al sector minero.
Balance electoral
Por Fernando Rospigliosi
frospigliosi@larepublica.com.pe
El triunfo de Susana Villarán en Lima no significa una victoria de la izquierda. El país está fragmentado; los partidos, casi extintos.
La primera pregunta que surge es si el éxito de Susana no será, como lo fue el de Ricardo Belmont en 1989, el preludio de un nuevo Alberto Fujimori.
Algunos aseguran enfáticamente que no, con muchos argumentos, pero en realidad nadie lo sabe. El humor del electorado peruano es cambiante y, quizás, veinte años después busca nuevamente a alguien distinto a los “políticos tradicionales” de hoy.
Lo que sí ocurrirá es que esta situación alentará a muchos a intentar su candidatura presidencial, con las esperanza de sacarse el huachito de la lotería electoral.
¿El renacer de la izquierda?
En predios de cierta izquierda se quiere interpretar la victoria de Susana como un renacer de esa tendencia política. No parece ser el caso. Es muy posible que la votación de Susana incluya los sufragios de algunos izquierdistas convencidos, pero se trata probablemente de una pequeña fracción del enorme aluvión de votos que la llevó al triunfo.
El hecho que Fuerza Social, el partido de Susana, no haya ganado ninguna alcaldía distrital muestra claramente que no se trata de una votación partidarizada.
Pero sin duda la victoria de Susana fortalece a una centro izquierda democrática, moderna y liberal. A partir de la relevancia que ha adquirido al ganar la elección en Lima puede contribuir a fortalecer su partido y su corriente política.
Derecha fujimorista
La derrota de Lourdes Flores fue también la de una derecha reaccionaria, retrógrada y mugrienta. Para definirla en pocas palabras, fujimorista. No es que los electores de Lourdes compartan esas características, naturalmente, sino los cabecillas de su campaña y directivos de algunos medios de comunicación que la impulsaron.
Fue una campaña inmunda, plagada de calumnias y guerra sucia. Lourdes, hay que decirlo con claridad, no fue ajena a ella. Participó activamente en la misma.
Lourdes entendió erróneamente que sus derrotas del 2001 y 2006 fueron por haber jugado limpio y ahora estuvo dispuesta, desde el principio, a jugar sucio. Perdió, porque su evaluación era errónea.
Hasta los grotescos estertores de su campaña, bailando y festejando un triunfo que no obtuvo en las urnas, con una sonrisa fingida, muestra el descalabro de Lourdes. Las feroces broncas de su entorno pronto estallarán, dejándola más expuesta.
Desgraciadamente muchos creen que esa derecha es la única que existe y no es así. Hay también una derecha liberal, respetuosa tanto de la propiedad y la inversión privada como de las libertades ciudadanas y los derechos humanos. Pero en el Perú son los menos.
Alan perdedor
El mito de Alan García todopoderoso, que puede influir decisivamente en una elección, sufrió un duro golpe. Primero apostó a Alex Kouri y después a Lourdes. Perdió.
Ahora parece que se dedicará a socavar a Susana desde el primer día de su mandato.
De todas maneras, sus candidatos favoritos, Luis Castañeda y Keiko Fujimori, deben estar temiendo ahora que no les bastará el respaldo de García para hacerse de la elección del 2011.
Fragmentación
En el país se ha consolidado la negativa tendencia de años anteriores. La fragmentación es total. Los partidos prácticamente han desaparecido. Han ganado caudillos locales, aunque a veces corriendo con la camiseta o a la sombra de algún partido.
Es cierto, como han observado algunos analistas, que muchos de esos líderes no son nuevos, que tienen años en la política regional. Pero eso no cambia en nada la situación.
El caso más notorio es, sin duda, el del Apra. A pesar de estar en el gobierno, su desempeño ha sido desastroso. Sin su propio caudillo, Alan García, desaparece.
Mario Vargas Llosa
El Premio Nobel de Literatura que ha ganado MVLl ha sido una gran noticia para casi todo el Perú, menos para la derecha reaccionaria, fujimorista, que desde 1990 lo denostó y lo motejó de “traidor”, aunque ahora finjan alegrarse como el resto del país.
Porque MVLl es un genuino liberal, como lo demostró recientemente al llevar adelante el Lugar de la Memoria, contra la gritería de esa derecha retrógrada y la oposición inicial de Alan García, y cuando renunció en una carta airada, rechazando el intento de García y el fujimorismo de amnistiar a un puñado de criminales con el Decreto 1097.
El único auténtico de esa derecha ha sido, como en otras oportunidades, el cardenal Juan Luis Cipriani, que ha mostrado su fastidio afirmando que él nunca ha leído a MVLl. En realidad, lo que no le gusta son las ideas liberales que MVLl defiende con solvencia, pasión y eficacia.
frospigliosi@larepublica.com.pe
El triunfo de Susana Villarán en Lima no significa una victoria de la izquierda. El país está fragmentado; los partidos, casi extintos.
La primera pregunta que surge es si el éxito de Susana no será, como lo fue el de Ricardo Belmont en 1989, el preludio de un nuevo Alberto Fujimori.
Algunos aseguran enfáticamente que no, con muchos argumentos, pero en realidad nadie lo sabe. El humor del electorado peruano es cambiante y, quizás, veinte años después busca nuevamente a alguien distinto a los “políticos tradicionales” de hoy.
Lo que sí ocurrirá es que esta situación alentará a muchos a intentar su candidatura presidencial, con las esperanza de sacarse el huachito de la lotería electoral.
¿El renacer de la izquierda?
En predios de cierta izquierda se quiere interpretar la victoria de Susana como un renacer de esa tendencia política. No parece ser el caso. Es muy posible que la votación de Susana incluya los sufragios de algunos izquierdistas convencidos, pero se trata probablemente de una pequeña fracción del enorme aluvión de votos que la llevó al triunfo.
El hecho que Fuerza Social, el partido de Susana, no haya ganado ninguna alcaldía distrital muestra claramente que no se trata de una votación partidarizada.
Pero sin duda la victoria de Susana fortalece a una centro izquierda democrática, moderna y liberal. A partir de la relevancia que ha adquirido al ganar la elección en Lima puede contribuir a fortalecer su partido y su corriente política.
Derecha fujimorista
La derrota de Lourdes Flores fue también la de una derecha reaccionaria, retrógrada y mugrienta. Para definirla en pocas palabras, fujimorista. No es que los electores de Lourdes compartan esas características, naturalmente, sino los cabecillas de su campaña y directivos de algunos medios de comunicación que la impulsaron.
Fue una campaña inmunda, plagada de calumnias y guerra sucia. Lourdes, hay que decirlo con claridad, no fue ajena a ella. Participó activamente en la misma.
Lourdes entendió erróneamente que sus derrotas del 2001 y 2006 fueron por haber jugado limpio y ahora estuvo dispuesta, desde el principio, a jugar sucio. Perdió, porque su evaluación era errónea.
Hasta los grotescos estertores de su campaña, bailando y festejando un triunfo que no obtuvo en las urnas, con una sonrisa fingida, muestra el descalabro de Lourdes. Las feroces broncas de su entorno pronto estallarán, dejándola más expuesta.
Desgraciadamente muchos creen que esa derecha es la única que existe y no es así. Hay también una derecha liberal, respetuosa tanto de la propiedad y la inversión privada como de las libertades ciudadanas y los derechos humanos. Pero en el Perú son los menos.
Alan perdedor
El mito de Alan García todopoderoso, que puede influir decisivamente en una elección, sufrió un duro golpe. Primero apostó a Alex Kouri y después a Lourdes. Perdió.
Ahora parece que se dedicará a socavar a Susana desde el primer día de su mandato.
De todas maneras, sus candidatos favoritos, Luis Castañeda y Keiko Fujimori, deben estar temiendo ahora que no les bastará el respaldo de García para hacerse de la elección del 2011.
Fragmentación
En el país se ha consolidado la negativa tendencia de años anteriores. La fragmentación es total. Los partidos prácticamente han desaparecido. Han ganado caudillos locales, aunque a veces corriendo con la camiseta o a la sombra de algún partido.
Es cierto, como han observado algunos analistas, que muchos de esos líderes no son nuevos, que tienen años en la política regional. Pero eso no cambia en nada la situación.
El caso más notorio es, sin duda, el del Apra. A pesar de estar en el gobierno, su desempeño ha sido desastroso. Sin su propio caudillo, Alan García, desaparece.
Mario Vargas Llosa
El Premio Nobel de Literatura que ha ganado MVLl ha sido una gran noticia para casi todo el Perú, menos para la derecha reaccionaria, fujimorista, que desde 1990 lo denostó y lo motejó de “traidor”, aunque ahora finjan alegrarse como el resto del país.
Porque MVLl es un genuino liberal, como lo demostró recientemente al llevar adelante el Lugar de la Memoria, contra la gritería de esa derecha retrógrada y la oposición inicial de Alan García, y cuando renunció en una carta airada, rechazando el intento de García y el fujimorismo de amnistiar a un puñado de criminales con el Decreto 1097.
El único auténtico de esa derecha ha sido, como en otras oportunidades, el cardenal Juan Luis Cipriani, que ha mostrado su fastidio afirmando que él nunca ha leído a MVLl. En realidad, lo que no le gusta son las ideas liberales que MVLl defiende con solvencia, pasión y eficacia.
martes, 5 de octubre de 2010
Esto sí se puede lograr
Esto sí se puede lograr
Medellín, Guayaquil y Curitiba, tres espejos donde mirarnos. Defendieron los espacios públicos, priorizaron el transporte masivo, recuperaron sus centros históricos e integraron a la gente de las periferias, mantuvieron la continuidad entre cada una de las gestiones ediles y, quizás lo más importante, construyeron cultura ciudadana. Hoy son ejemplos tangibles para demostrarnos que una ciudad como Lima también puede cambiar. Este domingo puede ser el comienzo de la ciudad que todos quieren. Veamos aquí cómo lo hicieron nuestros vecinos.
Por María Isabel Gonzales
Hace quince años Medellín dejó atrás una estremecedora costumbre: despertarse religiosamente con el estruendo de una bomba o con un tiroteo en una avenida cualquiera. Dio el salto olímpico de ser la ciudad más violenta del mundo a convertirse en la más sosegada. Y cómo no creer en ello si a principios de los noventas poner un pie en sus calles equivalía a poner la vida a disposición del jefe máximo de la mafia colombiana: don Pablo Escobar. Con una tasa anual de 381 homicidios por cada 100 mil habitantes, Medellín vivía a un ritmo violento. Los vehículos debían ser blindados y las calles eran cerradas apenas Escobar lo ordenaba. Pero ese reinado llegó a su fin en diciembre de 1993, cuando el capo del cartel murió acribillado mientras huía de las autoridades por el techo de una de sus guaridas. El cabecilla de la red criminal que mantenía a toda una ciudad en zozobra había muerto, pero su herencia de terror aún se respiraba en las calles.
En los barrios la gente se seguía matando y había que armarse para no terminar sobre el pavimento con un tiro en la cabeza. “¿Cómo salieron de ese hoyo?”, le preguntaron al ex alcalde de Medellín Sergio Fajardo. “Cambiándole la piel a la ciudad”, respondió este doctor en matemáticas, que de profesor universitario de lógica se convirtió en alcalde exitoso en menos de una década. Y aunque Fajardo no se lleva el mérito solo, porque tuvo como antecesor a Luis Pérez Gutiérrez, quien empezó los cambios, fue él quien aceleró la transformación urbana. Saneó las finanzas, invirtió en programas sociales, bajó los índices de criminalidad. Ejemplo de ello es que redujo la tasa de homicidios a 26 por cada 100 mil habitantes. También construyó megabibliotecas públicas, renovó las escuelas y creó puntos de internet gratuitos en barrios populares. Además integró las periferias con el centro de la ciudad a través de un sistema llamado metrocable. Fue el momento clave para el despertar de la nueva Medellín. Hoy, de la mano de Alonso Salazar, actual alcalde, la ciudad sigue en ascenso.
Un nuevo rostro
Medellín es la segunda ciudad más importante de Colombia y tiene 2’249,073 habitantes. Está situada al norte de Bogotá y su reciente y milagrosa metamorfosis urbana, según el arquitecto Jorge Ruiz de Somocurcio, nació de una voluntad política y de una visión que recogió lo que la gente quería y necesitaba: una ciudad segura, limpia y ordenada. Entonces se le dio a la ciudadanía símbolos de progreso, obras tangibles. Y los vecinos respondieron cuidando lo que por primera vez sentían suyo, empezaron a respetar las leyes, a denunciar a quienes violaban las normas. “El gobierno central y el gobierno municipal se dividieron el presupuesto para renovar el metro. Y en el 2004 se dio el gran salto: por primera vez se conectó a la parte más deprimida de la ciudad, el cerro Santo Domingo Savio, a través de funiculares que van hasta la estación del metro central, uniendo este populoso barrio con otros puntos de la ciudad. Este servicio llevaba un mensaje a la gente más pobre; fue como decirle: por el valor de tu pasaje tienes por primera vez acceso a un transporte digno del cual puedes sentirte orgulloso”, dice Ruiz de Somocurcio.
El metro de Medellín se llama Sistema de Transporte Masivo de Gran Capacidad. Con sus propios ingresos financia sus operaciones y mantenimiento, y es tan rentable que se permite ofrecer descuentos de hasta el 50% a los pasajeros de los barrios más pobres de la ciudad.
Pero los habitantes de Medellín no solo están orgullosos de su metro. También tienen logros que mostrar en educación, fomento de la cultura e impulso de los espacios públicos. El municipio de esta ciudad destina el 40% de su presupuesto a la educación. ¿El resultado? 21 colegios, cinco complejos de parques con biblioteca, centros de asesoría para los pequeños empresarios y ludotecas para los niños. Construir esas infraestructuras y mantenerlas fomentó el empleo y mejoró la calidad de vida. Para frenar la contaminación ambiental se construyeron parques en los lugares en los que dejaron de circular buses por las nuevas conexiones que hizo el metro. En las calles aumentó la presencia de la policía. En cada distrito se levantó una casa de la Justicia. Entre los habitantes se repartió un manual de convivencia y se creó una oficina de derechos humanos que empezó a velar por la vigencia de los pactos ciudadanos de paz y buena convivencia.
Ahora los poetas y los artistas se presentan en las plazas de los cerros más pobres. Allí se han inaugurado bibliotecas con talleres que sacan a la calle a niños, jóvenes y los hacen integrarse a la comunidad. En palabras de Wiley Ludeña, arquitecto y docente universitario: “Este es un ejemplo latinoamericano de cómo arquitectura y urbanismo de primer nivel logran la inclusión y elevan la autoestima de los ciudadanos”.
Una gran barriada
Según Juan Carlos Dextre, profesor de ingeniería de la Universidad Católica, lo importante de ejemplos como el de Medellín y el de otra ciudad como Guayaquil es el cambio radical que han logrado en apenas una década y media. Con 1’985,379 de habitantes, Guayaquil es la ciudad más poblada y comercial de Ecuador. Quince años atrás la mayor parte de esta urbe era considerada una enorme barriada por donde los turistas no se atrevían a circular. Pero Guayaquil vivió una situación muy particular: por primera vez un ex presidente pasaba a ser alcalde. León Febres Cordero dirigió Ecuador entre 1984 y 1988. Y luego, en 1992, asumió la alcaldía de Guayaquil y en ese cargo se mantuvo durante ocho años.
La hora del cambio
Febres Cordero inició una etapa de transformaciones profundas: orden y seguridad en las barriadas y una serie de pasos a desnivel para descongestionar el tránsito vehicular. También construyó mercados para sacar a los ambulantes de la calle y legalizó tierras para 80 mil familias en invasiones. Además le limpió la cara al centro histórico por cuyas calles el camión de basura se hacía extrañar. Para poner en valor esa área de la ciudad emprendió la recuperación de sus edificios emblemáticos. Siguió la misma línea cuando fue reelegido en 1996 e invirtió en las viviendas de los asentamientos humanos como el emblemático cerro Santa Ana. Allí muchas viviendas se convirtieron en restaurantes turísticos y las escaleras en pasos peatonales para visitantes. Febres Cordero también empezó la construcción del Malecón 2000, administrado por instituciones públicas y privadas. Primero construyó plazas y restaurantes a orillas del río Guayas. Luego entregó una área verde llamada los Jardines del Malecón, un mercado moderno, un centro para exposiciones y eventos y una plaza de artesanos. En octubre del 2003, su sucesor inauguró un teatro y un museo. Toda una oferta cultural y recreativa que busca la inclusión de los ciudadanos de Guayaquil y ser un polo de atracción turística. Hace quince años esto sonaba imposible, parecía una quimera, y hoy es una realidad.
Modelo Curitiba
“Curitiba es un modelo de ciudad sostenible desde los años setenta. Es como una madre de todos los modelos de ciudad”, dice Wiley Ludeña sobre esta urbe de 1’788,559 habitantes al sur de Brasil. Planificada al dedillo por su Instituto Urbano, su desarrollo puso énfasis en la organización del transporte público. Su modelo de corredores exclusivos fue replicado en Bogotá y ahora en Lima. El acceso al centro histórico siempre está despejado porque se restringe el acceso vehicular. Curitiva fue la pionera en priorizar las aceras y las cebras para peatones. Creó parques industriales y se preocupó por que todos los distritos cuenten con servicios básicos y espacios públicos para compartir.
El gobierno municipal cuenta con un sistema de atención en salud de por vida. Tiene 231 guarderías, 118 escuelas, 86 centros de salud, farmacias que suministran 82 medicamentos gratuitos, 71 centrales de abastecimiento popular a las familias de más bajos recursos. Su PBI es el mayor del sur del Brasil y su parque industrial de 43 millones de metros cuadrados atrae a empresas como ExxonMobil, Sadia, Kraft Foods, Siemens y HSBC. Curitiba está entre los tres municipios con la mejor infraestructura de su país y figura entre las cinco mejores del continente. Todo un modelo a seguir.
Más experiencias
•La ciudad Nº 1 de Latinoamérica, según la revista América Economía, es Santiago de Chile. Por ser una metrópoli que reduce sus desigualdades a pasos agigantados.
•Quito acaba de ser declarada Capital Americana de la Cultura para el 2011, con el fin de convertirla en un referente en la región y promocionarla a nivel mundial. Esta ciudad con más de dos millones de habitantes posee el centro histórico más grande, menos alterado y mejor preservado del continente.
•En Brasil, durante la segunda mitad de los noventas, empezó el proyecto Favela Bairro, una experiencia de transformación de las barriadas. Los mejores arquitectos y urbanistas fueron convocados para integrar las favelas a la ciudad. Instalaron bibliotecas, centros deportivos, pavimentaron las calles y construyeron plazas y espacios públicos.
Por María Isabel Gonzales
Hace quince años Medellín dejó atrás una estremecedora costumbre: despertarse religiosamente con el estruendo de una bomba o con un tiroteo en una avenida cualquiera. Dio el salto olímpico de ser la ciudad más violenta del mundo a convertirse en la más sosegada. Y cómo no creer en ello si a principios de los noventas poner un pie en sus calles equivalía a poner la vida a disposición del jefe máximo de la mafia colombiana: don Pablo Escobar. Con una tasa anual de 381 homicidios por cada 100 mil habitantes, Medellín vivía a un ritmo violento. Los vehículos debían ser blindados y las calles eran cerradas apenas Escobar lo ordenaba. Pero ese reinado llegó a su fin en diciembre de 1993, cuando el capo del cartel murió acribillado mientras huía de las autoridades por el techo de una de sus guaridas. El cabecilla de la red criminal que mantenía a toda una ciudad en zozobra había muerto, pero su herencia de terror aún se respiraba en las calles.
En los barrios la gente se seguía matando y había que armarse para no terminar sobre el pavimento con un tiro en la cabeza. “¿Cómo salieron de ese hoyo?”, le preguntaron al ex alcalde de Medellín Sergio Fajardo. “Cambiándole la piel a la ciudad”, respondió este doctor en matemáticas, que de profesor universitario de lógica se convirtió en alcalde exitoso en menos de una década. Y aunque Fajardo no se lleva el mérito solo, porque tuvo como antecesor a Luis Pérez Gutiérrez, quien empezó los cambios, fue él quien aceleró la transformación urbana. Saneó las finanzas, invirtió en programas sociales, bajó los índices de criminalidad. Ejemplo de ello es que redujo la tasa de homicidios a 26 por cada 100 mil habitantes. También construyó megabibliotecas públicas, renovó las escuelas y creó puntos de internet gratuitos en barrios populares. Además integró las periferias con el centro de la ciudad a través de un sistema llamado metrocable. Fue el momento clave para el despertar de la nueva Medellín. Hoy, de la mano de Alonso Salazar, actual alcalde, la ciudad sigue en ascenso.
Un nuevo rostro
Medellín es la segunda ciudad más importante de Colombia y tiene 2’249,073 habitantes. Está situada al norte de Bogotá y su reciente y milagrosa metamorfosis urbana, según el arquitecto Jorge Ruiz de Somocurcio, nació de una voluntad política y de una visión que recogió lo que la gente quería y necesitaba: una ciudad segura, limpia y ordenada. Entonces se le dio a la ciudadanía símbolos de progreso, obras tangibles. Y los vecinos respondieron cuidando lo que por primera vez sentían suyo, empezaron a respetar las leyes, a denunciar a quienes violaban las normas. “El gobierno central y el gobierno municipal se dividieron el presupuesto para renovar el metro. Y en el 2004 se dio el gran salto: por primera vez se conectó a la parte más deprimida de la ciudad, el cerro Santo Domingo Savio, a través de funiculares que van hasta la estación del metro central, uniendo este populoso barrio con otros puntos de la ciudad. Este servicio llevaba un mensaje a la gente más pobre; fue como decirle: por el valor de tu pasaje tienes por primera vez acceso a un transporte digno del cual puedes sentirte orgulloso”, dice Ruiz de Somocurcio.
El metro de Medellín se llama Sistema de Transporte Masivo de Gran Capacidad. Con sus propios ingresos financia sus operaciones y mantenimiento, y es tan rentable que se permite ofrecer descuentos de hasta el 50% a los pasajeros de los barrios más pobres de la ciudad.
Pero los habitantes de Medellín no solo están orgullosos de su metro. También tienen logros que mostrar en educación, fomento de la cultura e impulso de los espacios públicos. El municipio de esta ciudad destina el 40% de su presupuesto a la educación. ¿El resultado? 21 colegios, cinco complejos de parques con biblioteca, centros de asesoría para los pequeños empresarios y ludotecas para los niños. Construir esas infraestructuras y mantenerlas fomentó el empleo y mejoró la calidad de vida. Para frenar la contaminación ambiental se construyeron parques en los lugares en los que dejaron de circular buses por las nuevas conexiones que hizo el metro. En las calles aumentó la presencia de la policía. En cada distrito se levantó una casa de la Justicia. Entre los habitantes se repartió un manual de convivencia y se creó una oficina de derechos humanos que empezó a velar por la vigencia de los pactos ciudadanos de paz y buena convivencia.
Ahora los poetas y los artistas se presentan en las plazas de los cerros más pobres. Allí se han inaugurado bibliotecas con talleres que sacan a la calle a niños, jóvenes y los hacen integrarse a la comunidad. En palabras de Wiley Ludeña, arquitecto y docente universitario: “Este es un ejemplo latinoamericano de cómo arquitectura y urbanismo de primer nivel logran la inclusión y elevan la autoestima de los ciudadanos”.
Una gran barriada
Según Juan Carlos Dextre, profesor de ingeniería de la Universidad Católica, lo importante de ejemplos como el de Medellín y el de otra ciudad como Guayaquil es el cambio radical que han logrado en apenas una década y media. Con 1’985,379 de habitantes, Guayaquil es la ciudad más poblada y comercial de Ecuador. Quince años atrás la mayor parte de esta urbe era considerada una enorme barriada por donde los turistas no se atrevían a circular. Pero Guayaquil vivió una situación muy particular: por primera vez un ex presidente pasaba a ser alcalde. León Febres Cordero dirigió Ecuador entre 1984 y 1988. Y luego, en 1992, asumió la alcaldía de Guayaquil y en ese cargo se mantuvo durante ocho años.
La hora del cambio
Febres Cordero inició una etapa de transformaciones profundas: orden y seguridad en las barriadas y una serie de pasos a desnivel para descongestionar el tránsito vehicular. También construyó mercados para sacar a los ambulantes de la calle y legalizó tierras para 80 mil familias en invasiones. Además le limpió la cara al centro histórico por cuyas calles el camión de basura se hacía extrañar. Para poner en valor esa área de la ciudad emprendió la recuperación de sus edificios emblemáticos. Siguió la misma línea cuando fue reelegido en 1996 e invirtió en las viviendas de los asentamientos humanos como el emblemático cerro Santa Ana. Allí muchas viviendas se convirtieron en restaurantes turísticos y las escaleras en pasos peatonales para visitantes. Febres Cordero también empezó la construcción del Malecón 2000, administrado por instituciones públicas y privadas. Primero construyó plazas y restaurantes a orillas del río Guayas. Luego entregó una área verde llamada los Jardines del Malecón, un mercado moderno, un centro para exposiciones y eventos y una plaza de artesanos. En octubre del 2003, su sucesor inauguró un teatro y un museo. Toda una oferta cultural y recreativa que busca la inclusión de los ciudadanos de Guayaquil y ser un polo de atracción turística. Hace quince años esto sonaba imposible, parecía una quimera, y hoy es una realidad.
Modelo Curitiba
“Curitiba es un modelo de ciudad sostenible desde los años setenta. Es como una madre de todos los modelos de ciudad”, dice Wiley Ludeña sobre esta urbe de 1’788,559 habitantes al sur de Brasil. Planificada al dedillo por su Instituto Urbano, su desarrollo puso énfasis en la organización del transporte público. Su modelo de corredores exclusivos fue replicado en Bogotá y ahora en Lima. El acceso al centro histórico siempre está despejado porque se restringe el acceso vehicular. Curitiva fue la pionera en priorizar las aceras y las cebras para peatones. Creó parques industriales y se preocupó por que todos los distritos cuenten con servicios básicos y espacios públicos para compartir.
El gobierno municipal cuenta con un sistema de atención en salud de por vida. Tiene 231 guarderías, 118 escuelas, 86 centros de salud, farmacias que suministran 82 medicamentos gratuitos, 71 centrales de abastecimiento popular a las familias de más bajos recursos. Su PBI es el mayor del sur del Brasil y su parque industrial de 43 millones de metros cuadrados atrae a empresas como ExxonMobil, Sadia, Kraft Foods, Siemens y HSBC. Curitiba está entre los tres municipios con la mejor infraestructura de su país y figura entre las cinco mejores del continente. Todo un modelo a seguir.
Más experiencias
•La ciudad Nº 1 de Latinoamérica, según la revista América Economía, es Santiago de Chile. Por ser una metrópoli que reduce sus desigualdades a pasos agigantados.
•Quito acaba de ser declarada Capital Americana de la Cultura para el 2011, con el fin de convertirla en un referente en la región y promocionarla a nivel mundial. Esta ciudad con más de dos millones de habitantes posee el centro histórico más grande, menos alterado y mejor preservado del continente.
•En Brasil, durante la segunda mitad de los noventas, empezó el proyecto Favela Bairro, una experiencia de transformación de las barriadas. Los mejores arquitectos y urbanistas fueron convocados para integrar las favelas a la ciudad. Instalaron bibliotecas, centros deportivos, pavimentaron las calles y construyeron plazas y espacios públicos.
Cifras electorales
http://www.larepublica.pe/archive/all/domingo/20101003/6/pagina/1558
Llegó la hora cero. El Perú entero va a las urnas para elegir a sus presidentes regionales y a sus alcaldes provinciales y distritales. Además debe decidir si se aprueba el proyecto de ley que propone devolver las aportaciones de los fonavistas. Estos son los números clave del proceso electoral.
Por Ghiovani Hinojosa
Si lee esta nota antes de acudir a su centro de votación, sepa que junto con usted más de 18 millones de peruanos saldrán de sus casas hoy para expresar su voluntad; siéntase parte de una jornada democrática en la que están en juego, en cierta medida, los próximos cuatro años de su vida. Sí, leyó bien: las decisiones que tomen y dejen de tomar los presidentes regionales y alcaldes que elijamos afectarán directamente nuestro día a día. Basta con echar una mirada alrededor nuestro y notar los principales problemas irresueltos: robos al paso, tráfico insoportable y contaminación ambiental. ¿Acaso podemos vivir en cápsulas individuales al margen de la sociedad? Así que no olvide su DNI y piense bien su voto. Tiene hasta las cuatro de la tarde. Si ya sufragó, entonces entérese de que más de 2 millones 200 mil peruanos votarán hoy por primera vez. Familiarizados con la cultura digital, estos nuevos miembros del padrón electoral deben sufragar en una época signada por el desprestigio de la política. Pero ¿cuál es el rostro actual de nuestra democracia? ¿Qué perfil tenemos los electores que hoy decidiremos el futuro de nuestros distritos, provincias y regiones? Aquí una radiografía.
1 Población electoral. Según el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec), 18 millones 878 mil 337 peruanos están habilitados para sufragar hoy en las elecciones regionales y municipales y el referéndum del Fonavi. Este universo representa un incremento de 13.8 por ciento respecto de la población electoral de los comicios de noviembre del 2006, cuando estuvieron registrados 16 millones 594 mil 824 votantes (incluyendo 23 ciudadanos extranjeros). Así, en cuatro años se han sumado a la democracia activa 2 millones 283 mil 513 peruanos. ¿En qué regiones del país se ha incrementado la población electoral con mayor notoriedad? Según el Reniec, en Madre de Dios (34%), Ucayali (23%), San Martín (20%) y Loreto (19%). En el primer caso, la migración andina atraída por la minería informal explicaría este aumento de electores. Pero, a pesar de estos indicadores en las regiones selváticas, se trata en realidad de incrementos poco significativos ya que estas jurisdicciones tienen poblaciones muy pequeñas. Si se considera el número exacto de nuevos votantes, solo Lima aportaría al bolsón electoral de este año más de 660 mil sufragantes, una cantidad superior a la de todas las regiones selváticas mencionadas.
2 Jóvenes a las ánforas. En cuanto a las características de género de la población electoral, la presencia femenina es ligeramente superior a la masculina en el actual padrón de votantes. Mientras la primera representa el 50.01 por ciento (9 millones 441 mil 300 electoras); la segunda, el 49.99 por ciento (9 millones 437 mil 37 electores). Fuera de esto están los 716,963 peruanos residentes en el exterior que marcarán sí o no en el referéndum del Fonavi. Hay que recordar que a ellos no les corresponde participar en los comicios regionales y municipales; lo harán en el caso del referéndum porque este tiene carácter de ‘proceso electoral general’. Sobre los más de dos millones de peruanos que sufragarán hoy por primera vez, el sociólogo Carlos Reyna dice lo siguiente: “Son jóvenes que en las elecciones del 2006 tenían entre 14 y 17 años; y hacia el 2000, entre 8 y 11 años. Se trata de votantes que tienen fuera de su experiencia directa el terrorismo y el fujimorismo. Entonces, cuando se habla de insurrección o de izquierdas comunistas les suena poco entendible”.
3Barriadas clave. La plaza electoral más importante del país es la región de Lima, y la más importante de esta jurisdicción es la provincia metropolitana, que alberga a más 5 millones 900 mil votantes. Al interior de ella, los distritos que tienen mayor peso electoral son, en orden, San Juan de Lurigancho (577,178 votantes), San Martín de Porres (412,132), Comas (353,392) y Ate (312,575). Esto ha obligado a los candidatos limeños a plantear sus estrategias de campaña en función de los distritos populosos. Está claro que las zonas de clase media-alta de la ciudad tienen un gran eco en los medios, pero no el poder de acaparar las ánforas con sus opiniones. A nivel macro, La Libertad es la segunda plaza electoral más grande del Perú, seguida, en orden, por Piura, Cajamarca y Junín. Estas son las regiones que tendrán un rol decisivo en los comicios generales el 2011.
4Mar de candidatos. 334 candidatos compiten por 25 presidencias regionales; otros 1,889 compiten por 195 alcaldías provinciales; y 11,892 compiten por 1,639 alcaldías distritales. ¿Es que está de moda ser político? Puede ser. Pero lo concreto es que, según información del portal INFOgob del Jurado Nacional de Elecciones, cada vez menos postulantes provienen de organizaciones políticas de alcance nacional y cada vez más, de movimientos regionales. Basta una cifra para demostrar la proliferación de estos últimos: en los comicios distritales del 2002 solo el 11.5 por ciento de los candidatos provenía de movimientos regionales, mientras que hoy el 49.9 por ciento tiene esta procedencia. El lugar que dejan libre los partidos políticos lo ocupan los caudillos locales.
Rarezas de campaña
• 879 electores del actual padrón de votantes tienen más de 100 años de edad; 35 de ellos viven en el distrito limeño de Miraflores.
• El coreano Hung Won Jung y la noruega Liv Margrete Haug Landmo, dos de los extranjeros habilitados a participar en estos comicios, compiten por la alcaldía provincial de Chanchamayo.
• La electora más joven del padrón tiene 16 años y reside en el distrito de Punchana, en Loreto. El matrimonio civil le dio esta oportunidad.
• Lambayeque y Piura son las dos únicas regiones del país donde nunca se ha presentado una mujer como candidata a la presidencia regional.
Fuente: Boletín virtual de INFOgob (JNE).
Cifras
18’878,337 peruanos residentes en el país están habilitados para votar en las elecciones regionales y municipales y el referéndum del Fonavi.
2’283,513 peruanos podrán elegir a sus autoridades por primera vez.
6’511,507 electores hay en la región Lima, la plaza electoral más importante del país.
1,889 personas han presentado candidaturas a 195 alcaldías provinciales, y 11,892 han hecho lo propio para 1,639 alcaldías distritales.
4,652 locales de votación se han implementado en todo el país. En ellos hay un total de 104,113 mesas de sufragio.
1’098,318 podrán votar en la región La Libertad, la segunda plaza electoral del país. La tercera es Piura, con 1’086,489 electores.
5’902,175 electores hay en Lima Metropolitana. 577,178 habitantes del distrito de San Juan de Lurigancho son la fuerza electoral más grande de la capital.
334 personas han presentado candidaturas a 25 presidenciales regionales. La mayoría proviene de movimientos regionales y no de partidos políticos.
¿SE SEGUIRÁN IMPULSANDO LAS INVERSIONES?
http://elcomercio.pe/impresa/notas/empresarios-preocupados-resultado-electoral-regiones/20101005/649418
Empresarios preocupados por el resultado electoral en regiones
Propondrán la creación de contrapesos institucionales
Por: Luis Davelouis Lengua
Martes 5 de Octubre del 2010
Algunos de los resultados de las elecciones regionales han llamado seriamente la atención del empresariado local, pues, como explicaba el presidente de la Sociedad Nacional de Industrias, Pedro Olaechea, con esta elección “se da a notar que la lógica no funciona entre los votantes nacionales [...]. Probablemente vaya a generar una tendencia o noción de corto plazo pues es parte de un voto emotivo [...] pero yo creo que una vez que se calmen las aguas la realidad va a caer de manera apabullante”, sostiene el líder gremial, refiriéndose a que si la inversión se desacelera por trabas de los gobiernos regionales, la población misma percibirá la diferencia y hará sentir su voz.
En opinión del presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), Ricardo Briceño, los casos de Arequipa, Junín, Áncash, Cusco, Moquegua y Puno son particularmente preocupantes porque es precisamente en esas regiones donde la inversión privada ha sido intensiva y, por lo tanto, se dispone de más canon para realizar proyectos de inversión en beneficio la población.
Pero, ¿cómo así en regiones que cuentan con ingentes recursos han sido elegidos representantes contrarios la inversión? Briceño contesta: “me he hecho esa misma pregunta y no tengo una respuesta para ella”. Sin embargo, bastaría darle una mirada a la evolución de los índices de pobreza de algunas de esas regiones para distinguir parte de la respuesta.
Varios estudios (incluyendo algunos del Ministerio de Economía y Finanzas-MEF) dan cuenta de la pobre capacidad de gestión de muchas regiones para desarrollar proyectos viables y de impacto macrorregional pese a que cuentan con los recursos. Otra de las trabas es que en muchos lugares los funcionarios de Lima no son bienvenidos, como confirma la experiencia del anterior presidente regional de Junín, Vladimir Huaroc.
“No se trata solo de transferir competencias si no también capacidades”, afirmó una fuente del MEF que no quiso ser identificada.
De cualquier manera, el panorama se complica para la inversión privada en algunas de estas regiones, pues, según el propio empresariado, muchas de las autoridades elegidas son antiinversión.
¿QUÉ HACER?
La respuesta de la Confiep ante el actual panorama es simple: empoderar a las cámaras de comercio de cada lugar y luego promover federaciones regionales. Así, los problemas y cuestionamientos que surjan en las regiones respecto de proyectos de inversión determinados serán atendidos en el lugar de su incidencia por empresarios locales con conocimiento de causa y con el respaldo de las demás empresas y cámaras de comercio de su localidad y de la región.
“Por ejemplo, en el caso de la provincia de Espinar y el proyecto Majes-Siguas, la Cámara de Comercio de Cusco se puso de acuerdo de inmediato con la Cámara de Comercio de Arequipa y entre los dos idearon firmar un concordato respecto de la utilización del agua. Las dos partes conocen muy bien el proyecto y son interlocutores válidos de cara a las autoridades regionales; ya no es un representante de Confiep que llega desde Lima”, explica Briceño.
El tema de fondo, sin embargo, persiste y se trata de falta de institucionalidad para validar interlocutores y representantes. Y eso, lamentablemente, como dicen los reportes de las clasificadoras de riesgo, no se construye de la noche a la mañana.
MÁS DATOS
Los que más preocupan
El próximo presidente regional de Junín, Vladimir Cerrón, se manifestó en contra del proyecto cuprífero Toromocho, incluso antes de ser elegido.
El presidente electo de la región Cusco (donde están los yacimientos gasíferos.de Camisea), Jorge Acurio, se opone al proyecto de irrigación Majes-Siguas.
En Cajamarca (donde está Yanacocha), el candidato ganador, Gregorio Santos, también es considerado antiinversión por los miembros de la Confiep.
Empresarios preocupados por el resultado electoral en regiones
Propondrán la creación de contrapesos institucionales
Por: Luis Davelouis Lengua
Martes 5 de Octubre del 2010
Algunos de los resultados de las elecciones regionales han llamado seriamente la atención del empresariado local, pues, como explicaba el presidente de la Sociedad Nacional de Industrias, Pedro Olaechea, con esta elección “se da a notar que la lógica no funciona entre los votantes nacionales [...]. Probablemente vaya a generar una tendencia o noción de corto plazo pues es parte de un voto emotivo [...] pero yo creo que una vez que se calmen las aguas la realidad va a caer de manera apabullante”, sostiene el líder gremial, refiriéndose a que si la inversión se desacelera por trabas de los gobiernos regionales, la población misma percibirá la diferencia y hará sentir su voz.
En opinión del presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), Ricardo Briceño, los casos de Arequipa, Junín, Áncash, Cusco, Moquegua y Puno son particularmente preocupantes porque es precisamente en esas regiones donde la inversión privada ha sido intensiva y, por lo tanto, se dispone de más canon para realizar proyectos de inversión en beneficio la población.
Pero, ¿cómo así en regiones que cuentan con ingentes recursos han sido elegidos representantes contrarios la inversión? Briceño contesta: “me he hecho esa misma pregunta y no tengo una respuesta para ella”. Sin embargo, bastaría darle una mirada a la evolución de los índices de pobreza de algunas de esas regiones para distinguir parte de la respuesta.
Varios estudios (incluyendo algunos del Ministerio de Economía y Finanzas-MEF) dan cuenta de la pobre capacidad de gestión de muchas regiones para desarrollar proyectos viables y de impacto macrorregional pese a que cuentan con los recursos. Otra de las trabas es que en muchos lugares los funcionarios de Lima no son bienvenidos, como confirma la experiencia del anterior presidente regional de Junín, Vladimir Huaroc.
“No se trata solo de transferir competencias si no también capacidades”, afirmó una fuente del MEF que no quiso ser identificada.
De cualquier manera, el panorama se complica para la inversión privada en algunas de estas regiones, pues, según el propio empresariado, muchas de las autoridades elegidas son antiinversión.
¿QUÉ HACER?
La respuesta de la Confiep ante el actual panorama es simple: empoderar a las cámaras de comercio de cada lugar y luego promover federaciones regionales. Así, los problemas y cuestionamientos que surjan en las regiones respecto de proyectos de inversión determinados serán atendidos en el lugar de su incidencia por empresarios locales con conocimiento de causa y con el respaldo de las demás empresas y cámaras de comercio de su localidad y de la región.
“Por ejemplo, en el caso de la provincia de Espinar y el proyecto Majes-Siguas, la Cámara de Comercio de Cusco se puso de acuerdo de inmediato con la Cámara de Comercio de Arequipa y entre los dos idearon firmar un concordato respecto de la utilización del agua. Las dos partes conocen muy bien el proyecto y son interlocutores válidos de cara a las autoridades regionales; ya no es un representante de Confiep que llega desde Lima”, explica Briceño.
El tema de fondo, sin embargo, persiste y se trata de falta de institucionalidad para validar interlocutores y representantes. Y eso, lamentablemente, como dicen los reportes de las clasificadoras de riesgo, no se construye de la noche a la mañana.
MÁS DATOS
Los que más preocupan
El próximo presidente regional de Junín, Vladimir Cerrón, se manifestó en contra del proyecto cuprífero Toromocho, incluso antes de ser elegido.
El presidente electo de la región Cusco (donde están los yacimientos gasíferos.de Camisea), Jorge Acurio, se opone al proyecto de irrigación Majes-Siguas.
En Cajamarca (donde está Yanacocha), el candidato ganador, Gregorio Santos, también es considerado antiinversión por los miembros de la Confiep.
Notas sobre el TRIUNFO de susana
POLÍTICA | Mar. 05 oct '10
Enormes desafíos para Villarán
Autor: Carlos Basombrío
PERU 21
Ella debe tener claro que lo que la gente quiere es buen gobierno. También, que la valla que le dejan es alta. En un país en donde la gente tiende a despreciar a sus políticos, todos los alcaldes electos de Lima han salido aprobados: Orrego, Barrantes, Del Castillo, Belmont, Andrade y Castañeda. Lo que le piden ahora a Villarán es lo mismo que a ellos en su momento: que entregue Lima mejor de lo que la recibió. Más segura, con mejor transporte, más limpia, más ordenada, más humana.
http://peru21.pe/impresa/noticia/enormes-desafios-villaran/2010-10-05/286758
Enormes desafíos para Villarán
Autor: Carlos Basombrío
PERU 21
Ella debe tener claro que lo que la gente quiere es buen gobierno. También, que la valla que le dejan es alta. En un país en donde la gente tiende a despreciar a sus políticos, todos los alcaldes electos de Lima han salido aprobados: Orrego, Barrantes, Del Castillo, Belmont, Andrade y Castañeda. Lo que le piden ahora a Villarán es lo mismo que a ellos en su momento: que entregue Lima mejor de lo que la recibió. Más segura, con mejor transporte, más limpia, más ordenada, más humana.
http://peru21.pe/impresa/noticia/enormes-desafios-villaran/2010-10-05/286758
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)

