Autor: Fritz Du Bois
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Concluyó en Lima, tras varias semanas de retraso, un proceso electoral que no pudo haber sido peor manejado. Una burocrática resolución del Jurado creando requisitos y procedimientos adicionales, promulgada solo 10 días antes de la votación, generó una avalancha de actas observadas que, en un momento, amenazó con poner en riesgo toda la elección.
Por tanto, urge corregir todas esas deficiencias para evitar que en la elección presidencial se vuelva a trabar el proceso de conteo, lo cual podría degenerar en un caos generalizado.
De otro lado, la campaña que acaba de concluir ha sido bastante inusual, ya que las dos candidatas –para variar– se han presentado al electorado ofreciendo programas completos y detallados para el gobierno municipal. Incluso, ambas también se presentaron con sus equipos de trabajo compuestos, en los dos casos, por una mayoría de jóvenes tecnócratas, a lo cual los pobladores de Lima tampoco estamos acostumbrados.
Parece que, finalmente, más de 20 años de caudillismo municipal, que tanto daño le han causado a la capital, estarían terminando.
Adicionalmente, considerando que la Sra. Villarán tiene problemas para poder seguir de la mano con algunos de sus asociados –Patria Roja, por ejemplo– ya que el contexto ha cambiado desde que fueron invitados, uno vería por primera vez en el horizonte de Lima la posibilidad de que se forme una coalición bastante amplia y general sobre proyectos específicos para la ciudad.
Más aun, existe una serie de coincidencias en los planes de gobierno de ambas fuerzas que podrían llevar a un consenso, por lo menos, para el primer año de trabajo –en seguridad, transporte, educación, Costa Verde– y así poder avanzar. Además, daría la impresión de que los tecnócratas en ambos campos tendrían mayores temas de conversación y más posibilidad de colaborar entre ellos, que los técnicos de Villarán con sus aliados cavernarios, por ejemplo.
De cualquier manera, lo que los ciudadanos debemos exigir es que la flamante alcaldesa cumpla con su promesa de 'sacarse la mugre’ por una Lima cuya calidad de vida se ha deteriorado. El permanente embotellamiento del tránsito y el aumento de la delincuencia han convertido a la capital en una ciudad insoportable para habitar. Solucionar esos problemas es el gran reto de la Sra. Villarán; esperamos que para lograrlo cuente con el apoyo de Lourdes Flores y sus regidores.