Sociedad | Sáb. 20 jun '09
Alertan que el 74% de parques de Lima está contaminado
Revela estudio de la Dirección General de Salud Ambiental del Ministerio de Salud. Se ha hallado parásitos de heces de perros y roedores, y el uso de agua de dudosa calidad.
El 74% de los parques de la región Lima está contaminado. Así lo dio a conocer ayer la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) del Ministerio de Salud tras analizar 86 parques de la capital y encontrar que solo 22 reúnen las suficientes condiciones de salubridad como para que los niños se explayen en ellos.
“Hallamos que estas áreas verdes están contaminadas con aguas de riego de dudosa procedencia y con parásitos de las heces de perros y roedores”, afirmó la médico veterinario Micaela Talavera Tejeda, vocera del 'Programa Piloto de Vigilancia Sanitaria de Parques’ de Digesa.
Se ha monitoreado parques de los distritos de Surco, San Martín de Porres, Ate, Santa Anita y Chosica; y se concluyó que solo Surco tiene más áreas verdes saludables. Las otras no son óptimas para las personas.
El estudio también comprende ciudades como Barranca, Canta, Huaral y Chancay. Los resultados fueron de-salentadores en todos los casos. Y se teme que lo mismo vendría ocurriendo en las demás regiones del país.
“Según estudios de la Universidad de San Marcos, se detectó que, en Ica, más del 50% de los parques está contaminado con parásitos y que algo similar ocurre en Chiclayo, Cusco, Tacna, Huaraz y Huánuco”, indicó Talavera.
FACTORES DE RIESGO. El problema se debería en parte a las aguas de dudosa calidad que algunas municipalidades utilizan para el cuidado de sus parques. “En determinados casos se usa agua de desagüe o de camiones-cisterna que no se sabe dónde se suministran. Pero la solución no está en que se riegue con agua potable, porque se trata de un recurso de consumo humano que escasea. Nosotros proponemos que se utilice agua tratada para parques y jardines”, explicó la portavoz de Digesa.
A esto se agrega que los dueños de perros no se preocupan por recoger las heces de sus mascotas. Y, más aún, que algunos distritos no habilitan recipientes para estos fines ni ponen letreros para concientizar a la población.
“Los niños que juegan en estos parques se contagian de parásitos que, incluso, pueden llegar a cualquier órgano del cuerpo –como los ojos, por ejemplo– a través de la sangre”, advirtió Talavera.
“Hallamos que estas áreas verdes están contaminadas con aguas de riego de dudosa procedencia y con parásitos de las heces de perros y roedores”, afirmó la médico veterinario Micaela Talavera Tejeda, vocera del 'Programa Piloto de Vigilancia Sanitaria de Parques’ de Digesa.
Se ha monitoreado parques de los distritos de Surco, San Martín de Porres, Ate, Santa Anita y Chosica; y se concluyó que solo Surco tiene más áreas verdes saludables. Las otras no son óptimas para las personas.
El estudio también comprende ciudades como Barranca, Canta, Huaral y Chancay. Los resultados fueron de-salentadores en todos los casos. Y se teme que lo mismo vendría ocurriendo en las demás regiones del país.
“Según estudios de la Universidad de San Marcos, se detectó que, en Ica, más del 50% de los parques está contaminado con parásitos y que algo similar ocurre en Chiclayo, Cusco, Tacna, Huaraz y Huánuco”, indicó Talavera.
FACTORES DE RIESGO. El problema se debería en parte a las aguas de dudosa calidad que algunas municipalidades utilizan para el cuidado de sus parques. “En determinados casos se usa agua de desagüe o de camiones-cisterna que no se sabe dónde se suministran. Pero la solución no está en que se riegue con agua potable, porque se trata de un recurso de consumo humano que escasea. Nosotros proponemos que se utilice agua tratada para parques y jardines”, explicó la portavoz de Digesa.
A esto se agrega que los dueños de perros no se preocupan por recoger las heces de sus mascotas. Y, más aún, que algunos distritos no habilitan recipientes para estos fines ni ponen letreros para concientizar a la población.
“Los niños que juegan en estos parques se contagian de parásitos que, incluso, pueden llegar a cualquier órgano del cuerpo –como los ojos, por ejemplo– a través de la sangre”, advirtió Talavera.