lunes, 7 de abril de 2008

‘‘Problema del gobierno es de gestión’’

Entrevista de hoy


Hernán Chaparro Melo y Luis Benavente Gianella. Hernán Chaparro, gerente general de la encuestadora Conecta Asociados, y Luis Benavente del Grupo de Opinión Pública, de la Universidad de Lima, analizan a dúo el impacto de los fenómenos económicos en la popularidad del Presidente y del gobierno.

Por Emilio Camacho.
Foto: Yanina Patricio.

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Coincidencias. Según ambos analistas el gobierno debería resumir en tres o cuatro temas el impacto que tiene el crecimiento económico en el país.

Las encuestas coinciden en que la desaprobación del Presidente se concentra en mujeres de 35 a 50 años, y de sectores populares. ¿Identifican otro nicho de desaprobación?

H.C. En general las críticas a la gestión del gobierno se concentran en los sectores más bajos, y es de esperar que en esta coyuntura, donde hay un incremento de precios, el ama de casa que va todos los días al mercado sea quien encabece esta sensación. Ahora, las mujeres de 35 para arriba representan al ama de casa más tradicional, que probablemente solo se dediquen a la casa, y es por eso que sienten con más fuerza el alza de precios.

L.B. En la estructura social, Alan García tiene un respaldo que en el segmento "A" es el doble que en el segmento "E". Es parecido a lo que ocurría con Alejandro Toledo. Esa estructura en la que tienes mucho respaldo arriba, pero poco respaldo abajo es muy poco favorable para un gobernante. Con esta estructura, cualquier tema o anuncio económico va a parecer desfavorable para los pobres. Si mencionan el TLC, un pobre se pregunta y eso en qué me beneficia. Pasa lo mismo con los éxitos macroeconómicos o una asociación con la China. Los pobres no sienten como suyos estos logros.

En cuestión de programas sociales y estrategia, el gobierno ha puesto énfasis en la mejora de la calidad de profesores y en proyectos como Agua para Todos desde el inicio de su gestión. ¿Fue por este enfoque que no comunicaron a tiempo o no explicaron la magnitud del fenómeno inflacionario que se venía?

H.C. Yo no tengo tan claro de que fueran previsibles los problemas económicos y tampoco creo que haya una inflación tan grande y tan fuerte. Lo que pienso es que el reto del gobierno viene por el lado de la gestión pública y es algo que no asume, salvo por algunas medidas parciales. Y en la cuestión económica, lo que ha habido es una reacción a la defensiva. Se ha dicho que lo que ocurre es solo un tema extranjero y un tema de prensa, y eso me parece equivocado. El problema está allí. Y es cierto que se necesita algunos ajustes macroeconómicos.

¿Cómo ha manejado el gobierno el tema de la inflación a nivel comunicativo?

L.B. La inflación del año pasado fue de 4%, una de las más bajas de la región. Y el año pasado fue hace solo tres meses. Actualmente hay una inflación importada, pero creo que también se da por expectativas ciudadanas y en esto los medios han puesto la agenda. Pero la situación no es crítica, ni grave. El gran tema está en la distribución. El SNIP es este candado que pone en evidencia la inoperancia de gestión del gobierno, porque hay mucho dinero, pero no hay una suficiente inversión social. Y por otro lado hay esta sensación de que los empresarios se benefician bastante más que los trabajadores.

¿El gobierno debió aceptar desde el inicio que había un incremento en los precios?

L.B. Sí, pero no lo hicieron. Creo que está pasando lo mismo que con el anterior gobierno que siempre terminan diciendo que no han sabido comunicarse. El problema es que pasa el tiempo y no aprenden a hacerlo. Es más, el ministro Carranza con su propia expresión da a entender preocupación. Creo que debería sonreír un poco cuando muestra cifras favorables. El otro problema es que el Presidente ha mostrado éxitos en veinte temas, y lo único que hace es confundir. Podría hablar solo de cuatro temas fundamentales y lograría un mejor posicionamiento. La caída en la popularidad presidencial llama la atención sobre todo en el exterior. Los corresponsales extranjeros siempre preguntan cómo puede caer la popularidad del gobierno con tal crecimiento económico.

H.C. El manejo de las reacciones está marcado por este interés de vincular la inflación actual con la primera administración de Alan García, y por eso creo que el gobierno ha respondido a la defensiva. Ahora, también creo que hay un exceso de preocupación del Ejecutivo por demostrar que ya no son el gobierno Apra 1, sino que son el Apra 2. Pero ya hubo suficientes mensajes sobre eso. Está claro que no son el Perro del Hortelano, pero aún así persiste esta tendencia a ser más papista que el Papa. Parece ser que su verdadero temor no es que los ubiquen como Apra 1 o Apra 2, sino como los candidatos de los ricos. Lo que debería haber es una persona que desde el gobierno explique las tres cosas en las que influye este efecto multiplicador de la economía. Y esto creo que está vinculado con temas de salud, calidad educativa y seguridad.


La caída del dólar, Apec y China en el imaginario colectivo

¿Qué piensa el ciudadano de a pie de temas como la caída del precio del dólar?

H.C. Yo creo que este tema importa más en niveles medios. En las encuestas que hemos hecho esto queda claro. En niveles C, D, E la gente se maneja más en soles, salvo a un porcentaje que ahorra o recibe remesas del exterior. Y allí me da la impresión de que a ese nivel la cosa ha sido más adaptativa, la gente empieza a cambiar sus dólares a soles, pero creo que la cosa se ha sentido con más fuerza, y con toda lógica, a nivel empresarial.

¿Y cómo siente la población que el Perú sea sede de Apec?

H.C. Lo que pasa es que el nivel de información sobre esto todavía es enano. Sospecho, sin embargo, que cuando lleguen estos eventos habrá mucha mayor información. Ahora, en estos grandes temas de globalización y de inversión extranjera la sensación ha cambiado. En el primer gobierno de Alan García, y durante la campaña del 90, había una gran idealización de la inversión extranjera, y la expectativa por la llegada de estos capitales era muy alta. Estaba en 80%. Ahora está a nivel de 20%. Es que en ese momento estos capitales se asociaban con generación de empleo. Y la gente, producto del mal manejo de Fujimori, no se dio cuenta de que esta inversión sí traía mejoras, y por el contrario asoció estos capitales con subida de costos o despidos.

¿El viaje del Presidente a China puede servir para mejorar su imagen o también se asociará esto con un coqueteo con la inversión foránea?

L.B. El presidente se cuida mucho de no proyectar una imagen frívola y por eso no había viajado hasta hace poco. Respecto de China, creo que el ciudadano no sabe de qué se trató en el viaje, pero puede ver esto con cierta expectativa. Lo que quiere realmente es sentir que el sistema lo beneficia.