Nuevo bloque político y comercial nació ayer en Brasil con las mejores intenciones, pero algunas fracturas internas.
Redacción La República.
El que deberá ser a futuro el bloque de países más fuerte de América del Sur vio ayer la luz, pero con importantes discrepancias. La firma en Brasilia de la Carta Constitutiva de la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur), fue un encuentro lleno de gestos y actos de buena voluntad que no pudo, sin embargo, ocultar del todo los problemas internos de algunos de su países integrantes. 
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, se cambió de hotel para no tener que encontrarse con los otros jefes de Estado, como el ecuatoriano Rafael Correa y el venezolano Hugo Chávez. Y ni siquiera el almuerzo ofrecido por el anfitrión, Luis Inácio Lula da Silva, en el Palacio de Itamaraty, sirvió como escenario para que Alan García se reuniera con su homólogo boliviano, Evo Morales.
La ausencia de una reunión conjunta ya había sido anunciada por el canciller, José Antonio García Belaunde, quien dijo que Perú, al enviar su nota de protesta por las declaraciones de Morales en Lima, había dado todos los pasos que tenía que dar.
Bolivia también había dicho que no respondería a Perú hasta después de Unasur. El acercamiento entre ambos países, sin embargo, se hace por otros flancos.
El ministro de Gobierno boliviano, Alfredo Rada, informó que Bolivia y Perú coordinarán acciones policiales conjuntas para enfrentar a bandas de narcotraficantes que operan en regiones fronterizas entre ambos países y anunció una visita a Lima el 5 y 6 de junio.
Unasur tampoco hizo desaparecer las asperezas entre los miembros de la CAN (Comunidad Andina de Naciones) en torno a la adecuación de sus leyes para que Perú pueda implementar el TLC con EEUU. García Belaunde descartó el retiro del Perú de la CAN, pero sostuvo que el bloque "no se puede constituir en una camisa de fuerza".
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