viernes, 6 de junio de 2008

¿Lourdes caviar?

Columnistas


Mirko Lauer.

A dos años de distancia los motivos por los que Lourdes Flores no ganó la elección del 2006 están más o menos establecidos: era fácil de arrinconar en la casilla del candidato de los ricos, no tenía verdadera llegada fuera de Lima, no era convincente como freno a Ollanta Humala. En cuatro palabras, no era Alan García.

Como si perder fuera poco, el giro del nuevo gobierno hacia la derecha más los entendimientos del Apra con el fujimorismo y UPP descolocaron a Flores, al reducir casi a la nada su nicho ideológico en la derecha. Un premio consuelo: en tales circunstancias no ha surgido una figura de derecha que le haga competencia.

Ahora Flores ha empezado a izquierdizar. Su llamado a que no se venda gas a Chile es un fuerte guiño a las bases del nacionalismo, y su llamado a un crecimiento sin exclusión la pone a centímetros de la tecnocracia de izquierda. Parece, pues, decidida a ser el García del 2006, y a madrugar a Alejandro Toledo, hoy su rival más caracterizado.

Este de no vender gas es un gambito políticamente seguro, pues todavía no hay gas que vender realmente a Chile, el poco que existe para exportar está comprometido con México, los nuevos gasoductos están por construirse, y la demanda local proyectada va a tomar buen tiempo para volverse una presión sobre el recurso.

Pero Flores está haciendo política en tiempo real, y lo del gas es parte de un paquete que de prosperar puede establecerla como una crítica heterodoxa. Su propuesta de un Estado promotor y solidario, que trae implícita una denuncia de que con este gobierno no lo es, ya tiene claras resonancias de eslogan de campaña.

Un problema con la nueva postura de Flores es que se mueve hacia la izquierda en el momento preciso en que el gobierno intenta hacer lo mismo. Con lo cual la movida de la dirigente del PPC queda coja, por ejemplo al oponerse a la nueva ley de services. Lo cual ha servido para que Mauricio Mulder la llame vocera de la Confiep.

Flores no es la única que se mueve en un espacio ambiguo. Las tímidas aperturas a sinistra del gobierno y los reflejos antitrabajadores de Humala son dos ejemplos más de que el piso político se está moviendo de un lado a otro. La clave de esto es que existe hoy una vasta protesta sin representación, y sin mucha exigencia ideológica.

¿Veremos a Flores sostener y profundizar este esfuerzo progre hasta el 2011? Un problema con esto es que si bien ahora la izquierda parece un terreno amplio y desierto de liderazgo, en un año o dos puede terminar urbanizado, y hasta sobrepoblado. Como va la cosa, podría terminar habiendo aquí una sensible falta de dirigentes de derecha.