domingo, 7 de octubre de 2007

La carga de los escuderos

Domingo

Alrededor de Alberto Fujimori existe un círculo de fervientes defensores que, con la pierna en alto, se pasean despotricando ya sea del gobierno, del Poder Judicial o del periodismo. En ese grupo destacan el abogado Rolando Sousa y el publicista Carlos Raffo. Sin pasado político alguno, son la nueva sangre de un movimiento que jugará sus últimas cartas de supervivencia en los tribunales.

Por Enrique Patriau

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"Llévame al Congreso para defender a Fujimori", repetía Rolando Sousa Huanambal en la campaña electoral del 2006. Hoy, con su líder máximo preso en el Perú para enfrentar a la justicia por crímenes y corrupción, se ha empeñado en cumplir su promesa a punta de chantajes.

Sousa asegura que, en tanto enemigo acérrimo de todo tipo de reelección, nunca votó por Fujimori. Pero lo cierto es que siempre le agradó su estilo de gobernar, sin respeto por los demás. Particularmente reveladoras son las declaraciones que ofreció a DOMINGO esta semana, que lo pintan de cuerpo entero y a colores: "¿Qué les pedíamos a nuestras autoridades? ¿Qué les implorábamos? Que detuvieran la desgracia en que caía el país. No nos preocupaban los derechos humanos, ni de unos ni de otros". ¡Y es Sousa el vicepresidente de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos! Resulta el perfecto defensor del extraditado. Cree en él y –todo hace indicar– en sus métodos inescrupulosos.

¿Cómo llegó al fujimorismo? Por motivos laborales. Fuera de su actualidad como congresista, nunca ha tenido experiencia política alguna y aún ahora deja en claro que no pertenece a Alianza por el Futuro. "Soy un simple invitado", sostiene.

Esa invitación se la ganó a puro pulso. En los diez años y meses que Fujimori gobernó, Sousa se dedicó al ejercicio profesional. En 1991 se independizó luego de su paso por la sociedad auditora Arthur Andersen, donde era senior en el departamento de impuestos. Y ocho años después, en 1999, invitó a César Nakasaki, amigo de la infancia en Chiclayo y compañero en la facultad de Derecho de la Universidad de Lima, a sumarse a su estudio. Destapada la podredumbre del régimen de Fujimori, el estudio Sousa & Nakasaki se hizo de una cartera de clientes donde brillaban con luz propia personajes de la calaña del general del Ejército Nicolás de Bari Hermoza Ríos o del ex ministro de Defensa, el también general EP Julio Salazar Monroe. De ahí a la defensa de Fujimori había solamente un paso.

A fines del 2004, por intermedio de su ex profesor universitario Luis Silva Santisteban, Sousa y Nakasaki recibieron la oferta del ex mandatario –por entonces refugiado en Japón– para que lo representaran frente a los tribunales ante el huayco de procesos que se acumulaban. Tras un par de viajes a Tokio para definir los términos contractuales, ambos abogados aceptaron el dudoso encargo a cambio de US$ 84,000 pagaderos en dos años, a razón de US$ 3,500 mensuales. "Un precio cómodo", admite Sousa a DOMINGO.

Desde entonces, ambos se dedican en cuerpo y alma a defender a quien pisoteó y vulneró las instituciones en el Perú y corrompió el Estado a niveles insospechados. El caso más polémico y mediático que les ha tocado enfrentar, desde que patrocinaron a la conductora de televisión Magaly Medina, denunciada por la vedette Mónica Adaro, quien fue filmada clandestinamente mientras sostenía relaciones sexuales en el cuarto de un hotel.

El compromiso adquirido con el proyecto fujimorista le llevaron a aceptar a Sousa ser candidato a la segunda vicepresidencia en la plancha liderada por la deslenguada Martha Chávez. Finalmente, obtuvo un escaño en el Congreso (12 proyectos de ley presentados, ninguno aprobado, según la web oficial), aunque, sostiene, ya no postulará nunca más en su vida.

Igual, queda claro que la oportunidad le servirá para hacer lobby a favor de su mentor. Ya existen peligrosos antecedentes. Basta recordar su viaje a Chile en octubre del 2006 siendo presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, cuando se le acusó de haberle pedido al senador Roberto Muñoz que intercediera ante la justicia chilena para impedir la extradición. En un inicio, Muñoz confirmó la versión y, curiosamente, después se retractó.

El publicista

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Al lado, Rolando Sousa. Arriba, siempre solícito Carlos Raffo secundando a Keiko Fujimori.

Si Sousa representa el brazo legal de Fujimori, el inconfundible Carlos Raffo es su bastión propagandístico. Orgulloso creador del "Baile del chino", lamentable himno de la campaña presidencial del 2000, conoció al extraditado un año antes, en 1999, por intermedio de Keiko. Alejado de la casa realizadora Croma, donde era gerente de marketing, poco a poco se ganó la confianza de su nuevo empleador. Entre los primeros trabajos que hizo para él se encuentran, por ejemplo, spots sobre el acuerdo de paz entre Perú y Ecuador y la organización de eventos, como la fiesta en Palacio de Gobierno en honor del ex presidente ecuatoriano Jamil Mahuad.

Raffo recién adquirió cierta relevancia mediática como conductor del programa radial "La Hora del Chino", donde propalaba los mensajes grabados por su jefe desde Japón. La ausencia de experiencia en política la suplió con un trabajo denodado a favor de su padrino. La recompensa vendría con su inclusión en la lista de candidatos al Congreso, a pesar de los recelos que generaba en fujimoristas de antigua genuflexión. Así, Fujimori apostaba por colocar en el Legislativo no solamente a su abogado, también a su publicista personal. Ello revela la intención de plantear una defensa cerrada desde el Congreso, pero sobre todo la clamorosa ausencia de cuadros de un movimiento que, en palabras del analista político Carlos Iván Degregori, "está volviendo a ser la empresa familiar que siempre fue en sus inicios".

"La estrategia de Fujimori será exclusivamente legal porque tiene los medios suficientes para contratar abogados de calidad. Nakasaki lo es. Al contrario, no veo a nadie que pueda asumir una defensa política. ¿Quién destaca ahí? ¿Raffo? Su papel se limita al de vocero. Si a él se le encargara delinear la estrategia política podríamos irnos a descansar tranquilos", declara, en clave de broma, Degregori.

En la orfandad que supone el fujimorismo, Raffo adquiere un protagonismo notable, muchas veces incluso por encima de Keiko. Junto con Sousa son las dos marionetas que el extraditado maneja a su completa discreción. Los nuevos rostros de una opción política que, lejanas sus épocas de poder, desprende desagradable olor a abombado.

Monos con metralleta

1Sousa dando lecciones de periodismo: “No tienen derecho a decir que la culpabilidad del presidente (Fujimori) está probada (…) Yo sé lo que han escrito, son enemigos políticos del presidente. Los medios de comunicación van a politizar este tema; deben informar, lo que no pueden decir es si es culpable o inocente”.

2 Sousa sobre Gisela Ortiz, hermana de Luis Enrique, una de las víctimas de La Cantuta: “Gisela Ortiz ha hecho de su dolor una forma de vida (…) hay una violencia que no se ve y que es promovida por los familiares de las víctimas de La Cantuta y Barrios Altos”.

3 Raffo y sus advertencias de guerra: “Llegó la hora de la verdad y la defensa personal (…), el fujimorismo será un escudo humano porque esta batalla recién comienza”.

4 Raffo sobre el Poder Judicial, el mismo que el régimen de su líder sometió: “El Poder Judicial ha sido el puñal de la persecución política y no ha dejado de serlo”.