miércoles, 21 de noviembre de 2007

Punto crítico. Un CADE más, qué importa

Colaboradores

Chachi Sanseviero.

Dentro de una semana se iniciará la edición 2007 de la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE) bajo el lema: "Todo lo que nos hace falta para ser un país justo y próspero". La respuesta a tan arduo inventario debería proyectarnos al primer mundo en un plazo de 30 años.

Esta cantaleta promisoria les debe sonar a sebo de culebra a los excluidos de siempre, hartos de oír sobre la bonanza económica que no "chorrea". Bastaría con evaluar lo avanzado por CADE 2006: "Inclusión y desarrollo para todos".

En aquella oportunidad, el alivio de saber que no sería Humala quien dirigiría los destinos del Perú oficial, transformó a los halcones empresariales en blancas palomas que no dudaron en coronar su slogan afirmando: "No existe nosotros con alguien afuera". En ese solidario evento empresarial 2006, en el que estuvo ausente su chispeante animadora la banquera Susana de la Puente, más conocida como "miss CADE", subió al estrellato Nancy Obregón, aguerrida dirigente cocalera y congresista, quien emplazó a los empresarios para que el CADE 2007 se realice en su región.

El agroexportador y ex ministro fujimorista José Chlimper, excitado con la nueva "incluida", ofreció ir al rescate de los cocaleros. Pero nada hizo, igual que el ATPDA para la sustitución de cultivos alternativos, que terminó favoreciendo a los exportadores de la costa. Hoy, la cacería de brujas se ha reiniciado y los cocaleros vuelven a ser narcoterroristas y enemigos del pueblo.

Pasemos una breve revista a lo que el empresariado hizo en este año, a favor de la inclusión. Mezquinar el óbolo a las sobreganancias, chantajear a los campesinos de asentamientos mineros para que rematen sus tierras, desplazar a los pueblos indígenas para explotar los santuarios ecológicos, exportar materias primas e impedir su industrialización que crea cadenas productivas. Boicotear la Ley del Trabajo mientras el salario baja en proporción inversa a sus ganancias.

País justo y próspero para unos, sí, porque muchos seguirán estando afuera.