| domingo, 23 de diciembre de 2007 | |
| Mirko Lauer Diversos periodistas han puesto en circulación la idea que si el Perú hubiera seguido la lógica neoliberal de Chile unos 20 años antes, ahora sería Wong la que hubiera comprado Cencosud. Así de simple. Pero el argumento olvida que el Perú se mueve dentro de esa misma lógica neoliberal por lo menos desde hace 17 años, y no ha pasado mucho. En ese tiempo los índices de pobreza prácticamente no se han movido y algunos indicadores sociales, como los de la educación escolar, incluso han empeorado. Habría que preguntarse si desde el punto de vista de la población el camino emprendido con el shock de 1990 en el Perú, preludio del golpe de 1992, ha sido un buen negocio. Se habla mucho de la lógica neoliberal de Chile, pero se olvida que los impulsos empresarial y comercial de ese país son bastante anteriores a Augusto Pinochet, el neoliberal emblemático, y rara vez liberales en lo económico. Como muestra un botón: ya en los años 50 en el Perú se comía los duraznos en lata marca Oso, Aconcagua u otros que nos vendían del sur. La diferencia no es el neoliberalismo de Pinochet. La diferencia nace con el nacionalismo ilustrado de Diego Portales (1793-1837) y se prolonga a lo largo de la historia del país vecino. En el Perú el neoliberalismo no ha sido sino el más reciente pretexto para no defender lo propio, incluidas a las mayorías del país. También se habla mucho del neoliberalismo peruano de Alberto Fujimori para aquí. El de Fujimori no produjo mucho, sobre todo remates, e incluso una situación de crisis en 1994-1995. Es recién cuando los indicadores mundiales empiezan a mejorar hacia el 2000 que a los países primario-exportadores empieza a irles algo mejor, hasta el momento. Casi toda la mejora ha sido bajo administración extranjera. El argumento de que esto es porque cuando empezó a privatizarse los grandes empresarios locales estaban débiles por la crisis no toma en cuenta que dicha crisis no duró ni un año, y que los grupos reaparecieron con las alforjas llenas apenas hubo que asociarse con el nuevo capital de fuera. Se insiste en que las ideas de izquierda han impedido el desarrollo. Habría que preguntarse a cuál desarrollo se refieren quienes argumentan esto. Luego habría que recordar que nada vagamente parecido a un izquierdista gobierna el país desde 1975, cuando Francisco Morales Bermúdez golpeó a Juan Velasco y empezó la apertura del mercado. Desde entonces han pasado bastante más de 30 años en que la lógica predominante ha sido la del capitalismo a la moda del exterior. Al sur Chile ha utilizado su buena performance económica de estos años para reducir en 20% sus indicadores de pobreza y mejorar la calidad de sus servicios, sobre todo el educativo. Aquí se promete cosas parecidas. Desde hace casi 20 años |