| Especial |
Hubo expectativa periodística, alboroto de fujimoristas y atención policial • Fujimoristas esperaron en vano en la avenida Faucett llegada del avión Antonov. Hubo gran congestión vehicular.
Y por una razón: el hombre que gobernó al Perú durante una década, de la mano con su socio Vladimiro Montesinos, volvió a pisar tierra peruana tras 7 años de estar fugitivo.
Regresó, sí, pero no lo hizo por propia voluntad, como hubiera sido una demostración de entereza. Alberto Fujimori lo hizo como extraditado, detenido por la policía, conducido hacia un centro de reclusión de la Diroes en Ate Vitarte.
Y lo hizo como acusado por delitos de corrupción y violaciones a los derechos humanos.
Medidas de seguridad
Desde tempranas horas se tomaron fuertes medidas de seguridad. Sobre todo frente a la División de la Policía Aérea del Callao (DIPA), en la avenida Faucett, donde simpatizantes del fujimorismo esperaron el arribo del avión que traía al extraditado Fujimori desde Tacna.
Muy atentos. Fujimoristas se enfrentaron a la policía en la Av. Faucett. A su vez, los hombres de prensa estuvieron a la expectativa.
Pero sus esperas fueron en vano, porque el Antonov llegó a la base aérea de Las Palmas. Desde allí fue conducido por un helicóptero al local policial en el Fundo Barbadillo. 
En la avenida Faucett se produjo una gran congestión vehicular. En medio de los apuros de la policía para contener a los fujimoristas, se vieron también envueltos algunos turistas. A su vez, los hombres de prensa se repartieron en diversos puntos de la ciudad. Se buscaba la mejor cobertura del retorno –involuntario– del ahora reo Fujimori.
