¿Se deben aplazar las revocatorias? Algunos presidentes regionales sostienen que un año es muy poco tiempo para evaluar cualquier gestión. Desde el gobierno se arguye que crearían un ambiente de tensión ante la celebración de eventos internacionales. Eduardo Ballón, lúcido investigador de Desco, analiza el tema y ofrece sus puntos de vista. Su conclusión es clara: decidirse por la postergación sería una "completa barbaridad". Sus razones.
Por Enrique Patriau
Fotos: Melissa Merino
 advertencia. “Si cualquier gestión es desastrosa, con revocatoria o sin ella habrá inestabilidad. Postergar el proceso para el 2009 es una completa barbaridad”. |
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–La revocatoria termina siendo, a veces, un instrumento de chantaje.
–Con un sistema de partidos frágil y un sistema político débil la revocatoria termina siendo muchas veces un instrumento de confrontación política, y ese es un riesgo.
–¿Y no es posible evitarlo?
–Desde hace varios años, por lo menos desde el 2002, distintos sectores políticos y de la sociedad civil plantearon un conjunto de cambios que buscaban hacer de la revocatoria un instrumento efectivo democrático de evaluación, pero el Congreso, permanentemente, estuvo en contra.
–¿Qué se planteaba?
– Se planteó que la revocatoria se hiciera a la mitad de la gestión. Incluso se sugirió la instauración de la segunda vuelta electoral para la elección de presidentes regionales y alcaldes. Nada de eso se hizo. Y tan poco interesaba el tema que en el 2007 el APRA presentó un proyecto que simplificaba todavía más el proceso. Es que, claro, el Congreso normalmente se guía en este tema por un criterio de correlaciones políticas: ‘¿La mayoría de gobiernos me son adversos? Que se vayan pues’.
–¿Qué proponía el APRA?
–El proyecto apuntaba a tres cosas: reducir de 25% a 10% el porcentaje de firmas necesarias para solicitar la revocatoria, reducir de 50% a 40% el porcentaje de electores que deben asistir a la revocatoria para que esta sea válida y reducir el plazo para plantear una nueva revocatoria de dos años a uno solo. Una moción absolutamente irresponsable, para decir algo suave.
–Ahora desde el Ejecutivo se habla de un aplazamiento. Cambió el discurso.
–Eso no me sorprende en absoluto porque los apristas, como un DJ, suelen mover el disco en distintos sentidos de acuerdo con sus muy puntuales intereses. Acá el tema de fondo es que el proceso de revocatoria ya empezó con la venta de kits electorales.
–Ha causado sorpresa la gran demanda.
–Aunque eso no debería llamar a alarma, porque suele ser así. Además, si uno revisa las estadísticas de la ONPE se dará cuenta de que no ha habido ningún presidente regional revocado. Los revocados son fundamentalmente alcaldes y regidores.
–Curiosamente, son los presidentes regionales los interesados en aplazar las revocatorias.
–Según afirma el presidente regional de Junín, Vladimiro Huaroc, el tema lo puso sobre la mesa el presidente Alan García. Algunos mostraron su beneplácito y otros estuvieron en desacuerdo, pero en general no me parece razonable pensar en una revocatoria al año de gestión.
–De acuerdo, pero cualquier cambio debería ser a futuro.
– Las reglas ya estaban planteadas y no se puede cambiar de caballo en plena carrera. El argumento aquel de que hay que evitar conflictos sociales en un año de cumbres internacionales resulta falaz.
–Hay un tema de imagen que preocupa al Ejecutivo.
–El gobierno carga la responsabilidad de dos cumbres muy importantes, una de ellas la de APEC, en noviembre. Eso significa que los reflectores mundiales estarán sobre el Perú. Y es claro que la imagen que se pretende transmitir hacia afuera es la de una gestión exitosa, la de un crecimiento económico que sí reduce la pobreza y, supuestamente, mejora la calidad de vida de la población. Ciertamente, existe un tema de imagen que preocupa al gobierno.
–El problema es que le preocupa un poco tarde. Hay una falta de reflejos obvia. Ya se sabía lo que podía venir.
–Más que falta de reflejos, se evidencia una ausencia de responsabilidad política y de claridad sobre el sentido de la descentralización, un proceso en el que el gobierno mantiene, hasta ahora, un compromiso de baja intensidad y absolutamente instrumental. Si no, recordemos que el famoso shock descentralista terminó siendo un fracaso que se lo endilgaron a las autoridades subnacionales.
–En realidad, el conflicto puede nacer con aplazamientos sacados bajo la manga.
–Y en los lugares más pequeños la inestabilidad puede ser mayor. Pero le diré que si cualquier gestión es desastrosa, con revocatoria o sin ella habrá inestabilidad. Ahora, intentar postergar el mecanismo para el 2009 es una completa barbaridad.
– Para empezar, una barbaridad jurídica.
– Siempre nos han dicho: no se pueden revisar los contratos con estabilidad tributaria porque eso es inseguridad jurídica. Bueno, aplazar la revocatoria es, precisamente, inseguridad jurídica, pero acá no vale ese argumento. Ahí hay un comportamiento errático de un gobierno que se ha precupado recién por una situación que era absolutamente previsible. Si bastaba haber revisado las revocatorias de los años anteriores para darse perfectamente cuenta de cómo se mueve todo este asunto.
–Además, una revocatoria es un proceso bastante largo que recién empieza.
–Luego vienen la recolección y revisión de firmas y la evaluación de los argumentos de quienes impulsan la revocatoria. Todo eso puede llevar fácilmente un año, por lo tanto el eventual referéndum se celebraría recién hacia los primeros meses del 2009.
–¿Las revocatorias no deberían incluir también a otras autoridades, como los congresistas?
–Ese es un buen tema. La revocatoria solamente alcanza a las autoridades subnacionales. Obvio, al Congreso no le interesa discutir su renovación por tercios y por mitades. Los congresistas en general suelen dejarnos bien en claro que se protegen entre ellos. Mire el proyecto que presentó el APRA: una serie de mecanismos para que los presidentes regionales y los alcaldes puedan ser revocados con mayor facilidad. ¿Y ellos? Nada. Se blindan. Ese es un tema de fondo que debería resolverse pronto para no saltar de parche en parche y seguir jugando con el marco normativo al gusto del cliente.
–El presidente de Amazonas, Óscar Altamirano, dice que el proceso de revocatorias debe seguir, pero advierte que las exigencias de organismos como Consucode impiden la realización rápida de obras, lo cual origina la molestia de la población. ¿Tiene razón?
–Uno de los temas más difíciles de toda gestión nueva es entender el funcionamiento del Estado, y más aún cuando vivimos en un país donde no existe carrera pública. Es verdad, sigue habiendo problemas con el funcionamiento del SNIP, con el Consucode y demás, sin embargo eso no puede ser una justificación permanente desde las regiones y las municipalidades. Ahora bien, ¿y el desarrollo de las capacidades? ¿Qué ha hecho el gobierno central? ¿Qué hace hoy día la Secretaría de Descentralización?
–Casi nada.
–¿Casi? No hacen nada, nada de nada.