| Domingo |
Por: Emilio Camacho
Fotos: Claudia Alva
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–El último martes publicó una columna en la que destacaba los logros de este gobierno en Juntos, Crecer, caminos rurales y en otros programas, pero no mencionaba nada de la reconstrucción del sur. ¿Esa es una confesión tácita de que no hay nada que destacar de la reconstrucción?
–No. Claro que hay logros, pero el proceso de reconstrucción es complejo y toma tiempo.En primer lugar es bueno recordar que durante la emergencia todo el Perú actuó con rapidez, y el Estado también lo hizo. Hay dos detalles para tener en cuenta. Todos los fallecidos fueron producto del terremoto. Después del terremoto, con réplicas y todo, no hubo un solo muerto. Incluso los heridos más graves se salvaron. También hay que decir que no hubo una sola epidemia, a pesar de las condiciones con las que se trabaja en el sector salud. Una tercera reflexión es que después de la emergencia no se pudo empezar inmediatamente con la reconstrucción, porque primero había que prepararla.
–¿Habla de la remoción de escombros, del empadronamiento a los damnificados?
–La remoción es un tema, pero también hay otros. Por ejemplo, solo se puede reconstruir lo que ya tiene el saneamiento físico o legal, además que mucha gente no tenía título de propiedad y había que entregarlo. Usted me dirá: titule pues. Pero ese es un proceso muy complejo. Como autocrítica puedo decir que hubo un momento de transición que no fue bien comunicado, donde buena parte de los pre requisitos para hacer la reconstrucción no estaban claros.
–Ministro, usted dice que el Estado tuvo una respuesta efectiva en la emergencia y que luego la cosa fue caminando. ¿No reconoce, al menos, que hubo problemas en el diseño de Forsur?
–Sí. Hay dos críticas que voy a hacer de arranque. La primera es que aún cuando la intención de poner a los representantes del sector privado en el directorio de Forsur fue buena, justamente porque se quería evitar los problemas de la lentitud burocrática y los plazos que la ley manda, en la práctica vino un tema de retraso –de varios meses diría yo– porque había una serie de requerimientos que cumplir.
–¿Solamente era un tema de trámite? Lo que parece es que el diseño de Forsur era errático. No se supo desde el inicio quiénes integraban su directorio, y tampoco en qué sector debía estar.
–Sí. Hubo un proceso inicial en el que ocurrieron esos temas. Yo lamentablemente no puedo darle esos detalles porque no era ministro en ese momento.
–Pero me está dando los detalles de la respuesta inicial del gobierno como si hubiera estado allí...
–...Y asumo todo lo que pasa como si hubiera estado allí. Es la responsabilidad que tiene uno. Yo diría, como una segunda autocrítica, que hubo una falta de comunicación con instituciones y personas que son claves para reconstruir, como los presidentes regionales y los alcaldes. Primero estuvieron en el directorio de Forsur, luego estuvieron fuera, y finalmente llegó un momento en el que la cosa se volvió muy mediática. Había ataques y respuestas a través de los medios. Así se pasaron los primeros cuatro o cinco meses. Yo llegué a ministro en diciembre, y hasta enero y febrero ni siquiera se habían entregado los bonos.
–Además que hasta diciembre los fondos para Forsur ni siquiera llegaban.
–Es cierto, hubo problemas de presupuesto para el propio Forsur. Y la crítica puede ir mucho más allá. Cuando se tomó la decisión de poner a Forsur dentro de la PCM, se pensó que como era un organismo multisectorial lo mejor era que dependiera de la Presidencia del Consejo de Ministros. Con ese criterio están todos allí: las migraciones, las reparaciones, los bomberos, etc. Y aunque el ministro Jorge del Castillo y su equipo hacen un gran trabajo, el problema es que depender de la PCM impone una forma presupuestal muy rígida. Le explico: si el directorio de Forsur aprobaba la ficha de un proyecto –previa revisión de los perfiles– esta pasaba a la unidad presupuestal en la PCM. La PCM, a su vez, enviaba la ficha a su unidad de administración para que sacara una resolución que dijera: este proyecto va.
–¿Y esto cuánto tiempo toma?
–De dos a tres semanas. Pero de allí la ficha va al Ministerio de Economía, que debe autorizar el desembolso. Antes de hacerlo, Economía junta varios proyectos –porque no trabaja con uno solo– y eso toma varias semanas más. Finalmente, el MEF saca un dispositivo en el que autoriza el desembolso y se lo reenvía a la PCM. Una vez que recibe el dinero, la PCM saca otro dispositivo para incorporarlo a su presupuesto. Allí ya pueden haber pasado dos meses. Después de que la PCM saca el dispositivo tiene que derivar el dinero al sector que corresponde. Por ejemplo, si es una obra de agua va a Vivienda. El ministerio también tiene que sacar un dispositivo adicional para asignar lo desembolsado.
–¿Y allí de cuánto tiempo hablamos?
–Al menos de cuatro meses. Y eso que después de que el dinero llega por fin a la localidad que lo pidió a través de Forsur, se tiene que hacer un concurso para dar la adjudicación. Por eso hemos aprobado que un sector como Vivienda tenga la encargatura de Forsur. Si continuara bajo la PCM, pasarían de tres a cuatro meses antes del inicio de la obra. Nosotros esperamos que eso se reduzca a la tercera parte.
–La queja extendida en la zona del desastre es que la gente que ya obtuvo el bono de seis mil soles para reconstruir sus casas, aún no puede cobrarlo. ¿Por qué ocurre esto?
–Se han entregado ya 18,700 bonos. Estos son 117 millones de soles ya desembolsados. Resulta que de estos 18,700 hay 2,300 que dicen que no está el dinero. El problema es que se ha vencido el período de vigencia de su tarjeta del bono 6,000. ¿Por qué no la usaron? Algunos porque esperaban otra alternativa, y otros decidieron no usarla y esperar hasta que llegara otro bono de 13,000 soles, al que pueden acceder solo los que son sujeto de crédito. Pero para los que no cobraron el bono, el último fin de semana hemos ampliado a 120 días el plazo de duración de la tarjeta.
–Se han dado casos de gente que en su desesperación por no poder cobrar el bono de 6000 han vendido su tarjeta a falsos proveedores...
–Son algunos pocos casos y ya el Ministerio Público está detrás de ese tema. Allí lo que ha pasado es que hay gente inescrupulosa que se aprovecha de la desesperación de los damnificados. Esta gente les ha dicho a los pobladores: para qué vas a comprar materiales, mejor te doy algo y yo empiezo a usar tu tarjeta. Y aunque allí hay un tema que debe investigarse, también está la responsabilidad de la familia que debe comprar sus materiales.
–¿Qué va pasar con las familias que no tenían una vivienda antes del terremoto, que vivían como inquilinos, y que todavía permanecen en carpas en la periferia de Pisco?
–Momentito. Estamos hablando de familias a las que no les corresponde el bono de 6,000 soles. Son familias pobres que no tenían casa, ni terreno, ni título, y que no califican para el bono o para Techo Propio. En Pisco hemos identificado a esas familias y ellan ya han aceptado ser derivadas a otro terreno.
–¿Les van a dar casas?
![]() Mea culpa. Cornejo reconoce fallas en el diseño de Forsur. |
– Les vamos a habilitar un terreno que antes no tenían. Y esto también es un subsidio.
–No lo niego.
–Es que da para la reflexión. Esto tiene un límite. El gasto público no puede seguir generando estos recursos.
–Yo le creería eso si el presidente Alan García no se empeñara en hacernos creer que somos la estrella sudamericana y los spots del gobierno no insistieran con que el Perú avanza.

