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Rescatados. 4,005 turistas quedaron varados en Aguas Calientes por una semana. Los miles de turistas que deseaban vivir
una apacible excursión turística terminaron siendo huéspedes de una emergencia. Padecieron atrapados durante seis días.
Flor Huilca Gutiérrez.
Redacción Cusco.
María Isabel Fernández (24) pasó los últimos ocho años de su vida juntando el dinero necesario para viajar desde Buenos Aires, Argentina, hasta Machu Picchu. Su anhelo se hizo realidad el martes.
“Cuando me preguntaban a dónde quería ir, yo decía Machu Picchu, por el Camino Inca. Ahora estoy aquí, es un privilegio tener todo esto y poder compartirlo con el mundo”, decía abrazando al director del Parque Arqueológico, Fernando Astete.
Como ella, fueron 4,005 los extranjeros que llegaron a Aguas Calientes en un tour que no debía durar más de un día, pero terminaron convertidos en huéspedes desde el domingo 24, en medio del caos, el hambre y la desesperación por la inacción de las autoridades locales. Tanto así que la delegación de argentinos, con 600 personas, se hizo cargo de la operación porque sustentaron un plan más ordenado.
Turistas indignados
En los primeros días la falta de información acrecentó el malestar de los turistas. Ese ánimo luego se convirtió en cólera al ver que los primeros en subir al helicóptero llegado el lunes eran americanos, japoneses y europeos, pasajeros de la empresa PeruRail o huéspedes del hotel InkaTerra que se ubica cerca del helipuerto de El Rocotal.
Así, Marcelo Albamonte no podía esconder su indignación cuando bajó del helicóptero en Ollantaytambo el pasado miércoles a pesar de que, por tener a 2 niños, tenía prioridad de ser evacuado antes.
“Les dije a mis hijos que la situación no es para hacer un drama, es un contratiempo de viaje que teníamos planeado. La única emergencia, en mi opinión, es que hay una puerta chica (para llegar al helipuerto) y los americanos empujan para salir primero”, contó.
Por otro lado, turistas nacionales como Moisés Sequeiros se sintieron maltratados. Él fue evacuado recién el miércoles, a pesar de tener prioridad por doble motivo: iba con un niño y era adulto mayor. “Han preferido a los extranjeros. Estoy en Aguas Calientes desde hace una semana tratando de salir y recién lo hemos logrado”, precisó.
El ministro de Turismo, Martín Pérez, explicó del siguiente modo por qué americanos y europeos tuvieron prioridad en la evacuación: “Como saben, los turistas de esos continentes son mayores y adultos. Y los turistas latinoamericanos son jóvenes que han debido quedarse debido a las prioridades”.
Al final de todo, fueron evacuadas 4,005 personas durante seis días. Las delegaciones más numerosas fueron las de los argentinos y chilenos, quienes regresaron a casa en aviones que sus respectivos países enviaron .
Los que se iban del Perú estaban molestos con las autoridades de Aguas Calientes por la demora, pero no con Machupicchu.
“No tengo nada que decir, es la naturaleza. Pasan muchas cosas en la vida, y con el Camino Inca volví loco a todo el mundo en Argentina. Sufro de epilepsia y tenía miedo a la altura, pero mi abuela siempre me dice que nadie muere en la víspera, y aquí me tenés. Las cosas pasan por algo, incluso con la chica que murió cuando veníamos por el Camino Inca, eso es muy triste”, nos confiesa María Isabel mientras insiste en quedarse en la misma Ciudadela Inca, a la espera de su turno para ser evacuada.
Un pueblo fantasma
Terminado el drama de los turistas, comenzó el de la población de Aguas Calientes. En este distrito de la provincia de Urubamba, según el último censo, viven 3,500 personas, pero se estima que no quedarán más de 200 en los próximos días cuando se concluya con la evacuación de los locales.
La mayoría de la gente que abandona Aguas Calientes es trabajadora de hoteles, restaurantes y tiendas de artesanía, las principales actividades económicas en el lugar, que deberán cerrar sus puertas hasta que se rehabilite la línea férrea en el tramo Ollantaytambo-Machupicchu y la carretera Aguas Calientes-Ciudadela Inca, dañadas por la crecida del Vilcanota.
El miércoles nos hospedamos en el hotel Qente de Aguas Calientes. El local solo tenía habitación sin baño al doble de su precio normal, y aún así era una ganga porque un día antes valía tres veces más. No había toalla porque no hay detergente para lavar, y tampoco aseguraban que abrirían en los días siguientes porque el personal se iba a falta de clientes.
El impacto que tendrá la ausencia de turistas en Aguas Calientes será dramático para sus habitantes. De cada 10 casas, siete son hoteles que se han construido de manera desordenada, ganando terreno a la rivera del Vilcanota que cruza la ciudad de sur a norte, y del río Aguas Calientes, que los atraviesa de este a oeste.
Los servicios en esta ciudad son a precios internacionales. El menú más barato para los turistas en temporada normal es de 15 soles, la botella de agua cuesta entre S/.2 y S/. 2.50, por una manzanilla se paga S/. 4, tres por la infusión y un sol por el servicio. La hora de internet cuesta tres nuevos soles.
Aguas Calientes vivirá de los ahorros generados por el turismo, mientras regresan los turistas.
Reacciones
"Les dije a mis hijos que la situación no es para hacer un drama. Es un contratiempo del viaje que teníamos planeado”.
Marcelo Albamonte
Turista varado en Cusco.
"Han preferido a los extranjeros. Estoy en Aguas Calientes desde hace una semana tratando de salir y recién lo hemos logrado”.
Moisés Sequeiros
Turista varado en Cusco
Cifras
35 mil 115 damnificados han dejado las lluvias en ocho regiones.
55 mil 485 personas afectadas hay aproximadamente en la región Cusco.
7,023 viviendas destruidas es lo que han dejado las lluvias según balance premiliminar.
11,097 viviendas afectadas por los desbordes hay en once provincias cusqueñas.
6 personas han fallecido por el fenómeno climático, entre ellas hay una turista.
18 mil hectáreas de cultivo de papa, habas, maíz, cebolla y zanahoria están afectadas.
300 millones de soles es lo que se ha estimado necesita Cusco para recuperarse.
Casi una semana de traslado de miles de turistas
El lunes 25 se declaró el estado de emergencia en la provincia de Cusco y el ministro de Comercio Exterior, Martín Pérez, anunció la creación de un puente aéreo entre Machupicchu y Ollantaytambo para trasladar a los turistas varados.
Como consecuencia del alud, el día martes 26 se dio la noticia del fallecimiento de la turista argentina Lucila Ramballo, que dormía en su carpa en la zona de Wiñay Wayna, junto al guía Washington Huaraya.
Durante el miércoles 27, el ministro de Comercio Exterior informó que luego de 36 vuelos se pudo evacuar a 595 turistas, con un total de once helicópteros de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas, desde Aguas Calientes hasta Ollantaytambo.
Ya el día jueves, con 93 vuelos a cargo de 13 helicópteros de las Fuerzas Armadas se logró trasladar a un total de mil 400 turistas.
El viernes 29, el ministro Pérez anunciaba la culminación del traslado de un total de 4,005 turistas en 278 vuelos. Sin embargo, diez de los turistas españoles evacuados, como la señora María Dolores Fernández, criticaron las labores de rescate por la gran desorganización.