domingo, 17 de enero de 2010

Llover sobre mojado

Ciudad de Gosen, el lugar más frío y húmedo de Lima, soporta a duras penas la embestida del clima. Por aquí todavía no ha pasado un huaico, como en Collique, pero sus pobladores temen que eso ocurra. La lluvia que cae en Lima no solo amenaza con dejarlos sin hogar, sino que también desnuda su pobreza.

Por María Isabel Gonzales S
Fotos Rocío Orellana

No hay lugar en Lima que añore más los rayos del sol que Ciudad de Gosen, un asentamiento humano enclavado en las laderas de un cerro de Villa María del Triunfo. Tan pobre como cientos de asentamientos, ostenta sin embargo un título adicional: es el poblado más frío y húmedo de la capital. Y justo ahora, en la que debería ser su época más feliz del año, unas lluvias inusuales lo privan del verano. Ciudad de Gosen fue fundada hace 16 años y no vivió el ‘diluvio’ de 1970, cuando por dos días Lima soportó una lluvia que hizo correr el agua por las calles. Pero a sus moradores no les interesa la historia. Están preocupados en no perder su único patrimonio, unas casitas de triplay y esteras levantadas con toda la esperanza que puede albergar un corazón. Algunas ya se cayeron y otras están resistiendo el viento, la garúa persistente. No quieren sufrir como sus paisanos de Collique –en Comas– donde 150 personas se han quedado sin hogar.

La angustia general la personifica Honorata Huamán, dirigenta de Gosen. Sus apurados pies la llevan a tocar las puertas de quien pueda tenderles una mano. “Muros de contención es la prioridad”, repite a quien se le cruce en el camino. En Construyendo Perú le han dicho que debe presentar “un estudio de suelos y un perfil de las zonas que requieran de obras”. Honorata pierde la compostura al contarlo y se lamenta: “¿De dónde voy a sacar la plata para eso? Si yo mejor que nadie sé que la gente con las justas gana para el pan del día”. No obstante, se recompone al saber que el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) cuenta con 10 millones de soles para atender a los lugares más afectados por las lluvias, incluyendo a su distrito. Pero le asalta la duda: “¿cuándo vendrán aquí?”.

Honorata respira hondo y decide visitar a las víctimas del aguacero. En su tour de hoy no lleva promesas. Sabe que la lluvia deja muchos dramas al descubierto y solo puede proveer a sus vecinos de unas palabras de aliento.

Se adelantó

Gosen tiene cuatro mil habitantes repartidos en 16 comités. Se organizan de esa forma para cumplir faenas que beneficien a todos. Incluyendo algunas construcciones básicas pensadas para proteger de los derrumbes a los habitantes, pero que en la práctica ceden ante la fuerza del clima. Las empinadas y jabonosas calles le hacen difícil el camino a Honorata, a pesar de que ya está acostumbrada. Se detiene frente a la casa de Doli Chanta. La llama, se saludan, se abrazan. “Se nos adelantó este año, pensábamos mojarnos recién en marzo”, bromea Doli. Un olor a sopa se cuela en el ambiente. Está cocinando para sus hijos, pronto se irá a trabajar como empleada doméstica en Monterrico. Pero antes de servir la comida, le enseña a Honorata cómo quedó su casa luego de que unas piedras cayeran del cerro y destruyeran parte de su techo.

Doli dice que se las arregla como puede. No tiene un esposo que la apoye. Está en la cárcel. “Fue una calumnia”, explica. Intentará arreglar los destrozos pero si el clima sigue así, será en vano. Una escalera más arriba vive Luzmila Overslvije. Una mujer mayor, delgada hasta los huesos y que saluda sin ánimos a la visita. En la entrada de su lote, hay bolsas con botellas. “No tengo trabajo, me sacaron hace un mes. Si no reciclo me muero de hambre”, susurra. Habla bajito porque le duele la garganta. Tiene tos y los ojos hinchados. Ha llorado toda la noche porque tuvo que pedirle a Carolina, su hija, que se vaya de casa junto a su nieto. “Cómo los voy a tener acá, la lluvia se mete por el techo y yo no tengo plata para arreglarlo. Tampoco puedo comprar pañales, ni gas para cocinar”. Carolina se ha ido a casa de una tía. Luzmila los extraña, pero le dolería más que el lodo y las piedras los aplasten o que su nieto se enferme por el frío. Vive justo debajo de un muro que amenaza sepultarla. Honorata la coge de las manos: “tengamos fe, vamos a levantar esas piedras”.

En la cima

En lo más alto de Gosen vive Elsa Mancha. Honorata llega a su terreno y la encuentra rezando. La mujer le pide a la Virgen que proteja a sus cuatro hijos. Con ellos cargó palos, piedras, y plásticos hasta esa cima donde ahora se levanta su vivienda. Tendría una vista privilegiada de la ciudad, de no ser porque el lugar siempre está rodeado de neblina. Elsa ya sacó el agua de la casa y ahora le toca clavar unas maderas que el viento arrancó de las paredes. Lo hace cada cierto tiempo, porque el clima destruye poco a poco lo que ella se esfuerza en levantar. Además de esforzada, su vida ha sido dura: tiene un hijo con parálisis parcial, una se fue con un muchacho, otra fue violada y ahora cuida al menor como un tesoro para que nada le pase. Elsa termina de contar esa historia triste y solloza. Quiere que las nubes se disipen y que el sol brille. Honorata le da unas palmadas en la espalda. Le dice que ya pronto se hará justicia.

Un poco más allá encontramos a Andrea y Jackie, hijas de Ayddy Yauri. La dirigenta Honorata se sorprende, porque salen de una casa vecina. Ya no viven donde siempre. “No podemos vivir ahí, se ha caído todo”, dice Andrea. Tiene once años, y es ella quien cuida a su familia. Ayddy, su madre, tiene retardo y no se conecta con la realidad. Honorata les dice a las niñas que ya vendrá para ayudarlas a levantar su casa. Y se va rumbo a casa. La espera su hija y su esposo. Ha sacrificado un día para mostrarnos su comunidad. Hace unos días sufrieron mucho con las lluvias que cayeron sobre Lima durante varias horas. Pero, según los expertos, las precipitaciones más fuertes están por venir. En Gosen, el lugar más frío y húmedo de Lima, lloverá sobre mojado. Es su drama, el mismo que hoy viven cientos de asentamientos de la capital.

ALERTA EN LA CAPITAL

• Ciudad de Gosen necesita muros de contención, escaleras, agua, desagüe y un centro de salud.
• La mayoría de sus habitantes vienen de ciudades como Piura, Iquitos, Ayacucho y Puno. Muchos viven con ingresos de 10 soles diarios.
• El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) la declaró el 2009 como la zona más húmeda de Lima.
• 150 familias se quedaron sin hogar en Collique (Comas) por los deslizamientos que provocaron las lluvias hace unos días.
• Indeci ha detectado 57 puntos críticos en Lima, en las riberas del Río Rímac y Chillón, y los cerros de los conos Norte y Sur.
• Villa María del Triunfo, Ate, Carabayllo, Comas, Rímac, San Juan de Lurigancho, San Juan de Miraflores, Villa El Salvador, Lurigancho y Chosica han sido declarados en emergencia por el Gobierno.
• Si quieren ayudar a Gosen, pueden contactar a Honorata Huamán al 998 510 337.