martes, 30 de diciembre de 2008

Pareja de 21 años de ‘Artemio’ es clave para desarticular a SL en el Huallaga


Captura de Anita Lino Abad no fue obra de la casualidad sino de un largo y fatigoso seguimiento. Entrenada desde niña, la “camarada Carmen” aceptó a la policía antiterrorista que era pareja del cabecilla terrorista.

Ángel Páez

Nacida el primero de junio de 1987, en el caserío Wiracocha, en el distrito Crespo y Castillo, ubicado en la provincia Leoncio Prado de la región Huánuco, Anita Lino Abad  se hizo adulta en las “escuelas populares” del Comité Regional del Huallaga (CRH) que dirige el “camarada Artemio”. A los 16 años, luego de superar las pruebas de suficiencia ideológica marxista-leninista-maoísta, recibió entrenamiento militar y fue incorporada al “Ejército Guerrillero Popular” (EGP), el conjunto de columnas que se desplaza en el Huallaga. En noviembre de 2006, en una conferencia de prensa clandestina que ofreció “Artemio” en la selva, Lino estaba en el grupo armado que acompañaba al cabecilla terrorista, el último de los “históricos” de Sendero Luminoso. Ella vestía el uniforme negro del EGP, pasamontañas y portaba un fusil Kalashnikov. Eran cuatro mujeres las que estaban en esa ocasión, pero los oficiales de inteligencia de la policía antiterrorista se fijaron en la más menuda de todas, no solo por su fisonomía de niña sino también porque “Artemio” le hablaba con especial consideración. Los agentes se propusieron revelar la identidad de esa diminuta y extraña muchacha ante quien “Artemio” suavizaba la voz. Anita era su pareja.

Los oficiales de la Dincote tardaron más de dos años en establecer la certeza de que la “camarada Carmen”, quien también usaba el alias de “camarada Gianina”, era Anita Lino Abad. Informantes insertados en el ámbito de influencia de los senderistas, “mandos” detenidos en recientes operaciones policiales, colaboradores de la red de inteligencia, contribuyeron a completar la verdadera identidad de la joven. Entonces comenzó la siguiente etapa de la investigación: el seguimiento. La “camarada Carmen” no era una militante cualquiera sino que cumplía funciones de extrema seguridad: actuaba como enlace del “camarada Artemio” con otros dirigentes del CRH. Pero algo más: Anita Lino mantenía una relación sentimental con el cabecilla terrorista. Ella cumplió 21 años el primero de junio. Él supera los 55. 

El 22 de diciembre la policía siguió sus pasos y detectó que se había dirigido al caserío de Santa Rosa, pero el campamento terrorista había sido abandonado. Al peinar la zona, los efectivos la encontraron escondida. En su poder, tenía un revelador manuscrito: “Anita, entrégale mi encargo a Esparta. Dile que después le envío el resto. Que tenga cuidado porque hay varias hormigas (policías) que están por su lado. Y que tengan cuidado. Nelson”. Se trata de una prueba irrefutable de que la muchacha servía de conexión entre los cabecillas del CRH. Ante la evidencia, ella admitió que “Artemio” era su enamorado. El 23 de diciembre, el terrorista reaccionó de inmediato a la captura de su pareja. Llamó a la radioemisora “La Luz” de Aucayacu y denunció “las detenciones injustas de la policía”, en evidente alusión a su compañera. Más que una acción de propaganda, parecía un acto de amor. Inútil, pero un acto de amor de todas maneras.

La dirigencia está expuesta

En su desesperación por desvincular a Anita Lino de su organización, el “camarada Artemio” declaró a Radio La Luz que, “como no pueden capturarme ni asesinarme, ellos (los policías) buscan a personas que pueden ser de las filas de Sendero”.

Enterado de que la “camarada Carmen” ha comenzado a suministrar importante información sobre ‘Artemio’, este intentó de desvirtuar la captura: “Algunos detenidos han informado que son parte de Sendero, porque, para recuperar su libertad, son capaces de culpar hasta a su propia madre de cualquier cosa”. 

Fuentes de la policía antiterrorista indicaron que Anita Abad contribuye con información sobre las actuales características de la organización y ha confirmado la identidad de la dirigencia en el Huallaga.