Por Armando Mendoza
Economista
Apenas falta un día para que termine el 2008 y, lógicamente, se impone un balance de lo que fue este año y –más importante aún– alguna estimación sobre el próximo, que todo indica se viene bravo. Muchos temas críticos y poco espacio, así que veamos aquellos que, en mi opinión, de cajón habrá que monitorear durante el 2009.
Pobreza: la economía siguió creciendo el 2008, lo que debió contribuir a reducir la pobreza, pero recordemos que los precios de muchos productos básicos –como alimentos– y servicios se dispararon: acorde al INEI, hasta noviembre la inflación acumulada en tubérculos fue nada menos que 39%, en leguminosas 20% y en aceites 18%. Como se sabe, la inflación afecta más a los más pobres, y aunque aún no hay cifras para el 2008, ya organismos internacionales como la CEPAL y la FAO advierten que la pobreza en Latinoamérica viene creciendo. ¿Y en el Perú?
Con la desaceleración económica que se nos viene, habrá que hilar muy fino. Aquí urge revisar el funcionamiento de los programas sociales –particularmente Juntos– para asegurar su efectividad. Y antes que andar creando nuevos programas, hay que fortalecer los existentes, especialmente el Vaso de Leche y los comedores populares, que cuentan con un nivel de cobertura inigualado: tan solo el Vaso de Leche atiende a 5 millones de personas.
Política agraria: hemos perdido 2 valiosos años con la tristemente famosa Sierra Exportadora y con esa quimera de que basta y sobra con la exportación para sacar adelante a millón y medio de familias campesinas. Ahora vamos por el segundo round con Sierra Productiva. Ojalá esta vez se entienda que nuestra agricultura está ligada al mercado interno, que su mayor potencialidad está en la producción de alimentos (granos, tubérculos), que la solución no pasa por resucitar al gamonalismo, que la capacitación del productor es esencial, que se requiere masiva inversión en infraestructura rural. ¿Santa Rosita, algún día tendremos una política agraria coherente y perseverante?
Balanza comercial: entre el alza del gasto en importaciones y la caída de precios de las exportaciones, nuestro superávit comercial se fue al piso, reduciéndose en 75% el 2008. Las perspectivas para el 2009 no son mucho mejores, porque aunque los precios de los productos importados están cayendo, lo mismo está pasando con los precios de los exportados. ADEX ya está pronosticando una caída de más del 10% en el valor de nuestras exportaciones para el próximo año. ¿Qué hacer? Una primera medida –así asuste a muchos– sería que dejemos que el sol se devalúe y sincerar el tipo de cambio para estimular la competitividad de las exportaciones y mitigar importaciones. Por cierto, también ya es hora de revisar las rebajitas de aranceles de Carranza, esas picardías de último minuto que se encargaron de beneficiar a los oligopolios importadores.
Ingresos fiscales: la luna de miel con los tributos mineros se acabó, al menos para el 2009. Como de costumbre, no se aprovechó el tiempo de las vacas gordas para asumir una verdadera reforma tributaria y ahora la situación del fisco está bien pero bien complicada, si no vean al “modulado” Valdivieso peleándose a cuchillo por su tajada de las gratificaciones de trabajadores y empleados.
Ojalá de aquí al 2011 se emprenda la tantas veces pospuesta reforma que permita elevar la presión tributaria a por lo menos el 18% del PBI, meta a la que literalmente todos los partidos y gremios se comprometieron años atrás mediante el Acuerdo Nacional (y que, por supuesto, ahora nadie quiere recordar). Guste o no guste, necesitamos fortalecer la tributación si queremos tener un balance presupuestal sostenible, no solo para el 2009 sino para más adelante. ¿O qué prefieren? ¿Otra vez maquinita, como en los años 80? ¿Endeudarnos a diestra y siniestra? No sean malos.