Por Francisco Miró Quesada Rada
Lo primero que deben hacer el Gobierno, todos los organismos del Estado y la sociedad civil es prepararse y mentalizarse, para este año, en la lucha contra la pobreza y la corrupción. Existen, a pesar del crecimiento, fuertes bolsones de pobreza en el país, sobre todo en gran parte de la sierra sur, sierra central y la Amazonía. Esto implica que los planes de lucha contra la pobreza deben priorizarse promoviendo la inversión social.
Sin embargo, como lo han señalado prestigiosos economistas, nuestro país no será afectado gravemente por la crisis financiera debido a la débil inserción que tenemos en el mercado internacional de capitales. No obstante, el impacto se recibirá en los sectores exportador, minero y de textiles, y en menor medida en la agricultura. Esta situación afectará el empleo, que puede traer como consecuencia exigencias sociales que el Gobierno deberá enfrentar.
Se ha aprobado un plan anticorrupción, que requiere reajustes. Lamentablemente, la corrupción ha aumentado en el país y debemos pararla radicalmente, porque de otra manera será el principal obstáculo para el desarrollo y progreso que requerimos. En este contexto, se espera la sentencia que deberá emitir la justicia contra el ex presidente Alberto Fujimori y la composición de la sala penal ante la cual se presentará la segura apelación. Igualmente hay expectativa en la opinión pública sobre el proceso relacionado con los 'petroaudios' y las investigaciones en torno a las interceptaciones telefónicas, más conocidas como 'chuponeo'.
En lo político queda pendiente la tan cacareada reforma del Estado. Debemos construir un "Estado en forma", como decía Jorge Basadre. Esto significa que las normas constitucionales se reflejen en la realidad. Un "Estado en forma" es fundamental para la gobernabilidad democrática y la universalización de los derechos ciudadanos que implica una democracia inclusiva y participativa.
Pero no puede haber desarrollo económico y político si no hay desarrollo social. Los peruanos tenemos que comprometernos a mejorar la educación, invertir en salud, en infraestructura básica como agua, luz y vivienda, en nutrición y en la protección del medio ambiente. En este caso, combatiendo la depredación que grupos inescrupulosos hacen en costa, sierra y selva.
También el 2009 se prevé como un año preparativo para el siguiente que será de intensa actividad electoral. Se observarán ensayos de alianzas y probablemente el surgimiento de nuevos liderazgos.
Por todo esto, recibamos el año con esperanza, pero conscientes de las grandes tareas que tendremos que enfrentar juntos, con responsabilidad y ética.
